Balonmano
  • Espe López, Silvia Arderius y Estela Doiro, titulares en la zona de donde parte el juego malagueño, reflexionan sobre cómo late el vestuario esperando la remontada del sábado en el Carpena

El cerebro y la fe del Costa del Sol

Estela Doiro, Silvia Arderius y Espe López posan en Carranque para este periódico. Estela Doiro, Silvia Arderius y Espe López posan en Carranque para este periódico.

Estela Doiro, Silvia Arderius y Espe López posan en Carranque para este periódico. / javier albiñana

Surfeando la ola del título de la Copa de la Reina, el Costa del Sol intenta cabalgar ahora para repetir título en la Copa EHF. Campeonas el año pasado, las malagueñas intentan remontar este sábado en el Carpena los cuatro goles de desventaja (21-17) del partido de ida en Telde ante el Rocasa Gran Canaria. Una tarea ciclópea pero posible en un partido que trasciende la vertiente deportiva. El club malagueño se afana por que el Palacio presente un gran aspecto. En suelo español el récord de asistencia a un partido de balonmano femenino está en 5.000 espectadores. Son palabras mayores, pero el simple hecho de que se plantee ya es algo significativo del crecimiento del deporte femenino a nivel local y estatal.

Espe López, Silvia Arderius y Estela Doiro conforman la primera línea del Costa del Sol, son el cerebro del juego ofensivo malagueño, quienes plasman los ideas de Suso Gallardo con el sello particular. No son altas, no tienen un brazo para levantarse y meterla desde nueve metros. Maria Gomes o la croata Pavlovic, en el bando canario, son otro arquetipo. Las costasoleñas representan otro balonmano alternativo que en España ha cuajado. Explosividad, 1x1, fintas y técnica para plantarse en seis metros o alimentar a pivotes y extremos. Es algo que no fluyó en Telde y que es un campo de mejora para la remontada. Las tres repasan en Málaga Hoy las sensaciones del vestuario ante un evento excitante.

"La verdad es que hay mucha esperanza, muchas ganas por remontar el partido. Somos positivas, el grupo ha demostrado que es capaz de cualquier cosa. En Canarias fue un partido bastante duro, como esperábamos, un rival bastante complicado que conocemos de varios enfrentamientos todo el año. Hay que minimizar pérdidas de balón, estar más acertadas de cara a portería y en nuestro ataque. Seguir al nivel de defensa que tuvimos allí. Tampoco creo que haya que cambiar fórmula de juego, sino estar más acertadas de cara a portería. Limando esas cositas y las pérdidas creo que podemos competirlo", dice Espe López, que ha vivido el crecimiento de este equipo desde la base, por lo que estar alzando títulos o metiendo miles de personas en un pabellón es una sensación tremenda: "Hay mucha expectación y ganas, poder vivir esta expectación, que es algo histórico para el club y para el balonmano femenino en general, de jugar en el Carpena ante mucha gente. Tenemos muchas ganas, se acercan los días, se huele ambiente y nervios. Estar ganando títulos y jugando finales es algo impensable. Si te paras a pensar es algo que jamás lo podrías imaginar. Hay mucho trabajo desde el club, desde mucho tiempo atrás se ha ido mejorando y esa lucha ahora tiene premio. Es un proceso que en estos dos últimos años ha ido muy rápido, se ha acelerado, no te ha dado a pararte a pensar. Desde el primer título hasta ahora pasó todo volando. Te acostumbras rápido a lo bueno y el equipo quiere más. El club es muy ambicioso y quiere seguir ganando".

"Llevamos dos temporadas juntas, muchos entrenamientos detrás, mucha charla, muchos vídeos, conoces movimientos. Estar al lado de dos jugadoras del nivel de Estela y Silvia es un verdadero privilegio y un gustazo. No nos caracterizamos por el lanzamiento exterior, aunque Rocío y Talita nos aportan un poco más ahí. Somos un juego mucho más fluido, más rápido, con mucha movilidad para conseguir lanzamientos buenos" explica Espe López sobre la conexión con sus dos compañeras de línea.

Silvia Arderius es la jugadora con más magia del Costa del Sol. La madrileña, olímpica y subcampeona mundial, es la principal generadora de juego. En Gran Canaria sufrió en un partido de mucho choque, pero ya ha reseteado para centrarse en el partido de vuelta. "De momento estamos con muchas ganas e ilusión. Un poquillo de nervios buenos, por la expectativa que hay. La ida quizá fue más dura de lo que pensábamos. Los cuatro goles son una distancia que es bastante difícil de remontar, pero posible. Hay una vida. Hay que ver la parte positiva, no tenemos nada que perder, difícilmente podemos jugar peor que allí. Tenemos que llevarnos el partido de casa, intentar vencer en primer lugar, y luego que sea por cuatro goles o más. Tenemos que mejorar en el juego de ataque. 17 goles son muy pocos, nunca habíamos hecho tan poco en los dos años que llevo aquí. Tuvimos muchas pérdidas balón y hay que mejorar la segunda oleada, que tendremos opciones si defendemos como en la ida, y eso nos tiene que dar tranquilidad", explica la central, que asume que la importancia del partido rebasa la esfera de lo deportivo por la atmósfera que se ha creado: "Motiva mucho. Pase lo que pase, es algo histórico para nuestro equipo, para Málaga y el balonmano femenino español. La prioridad es disfrutarlo, que ese ambiente nos ayude a estar en el partido, tenemos que saborear cada segundo del sábado. Creo que pase lo que pase con el resultado será un éxito. Nos costará verlo en el momento si el resultado es negativo, pero igual es más importante que un título. Va a ser un paso grande para el balonmano español, estamos creciendo, los clubes invierten tiempo,  recursos y marketing y se están viendo resultados". 

En estos dos años en Málaga, Arderius ha visto crecer el proyecto y por eso seguirá más tiempo en el Costa del Sol. "El club quiere crecer mucho, hay esa intención y hay hechos, ha crecido en muchos ámbitos. En lo deportivo, pero también en estructura, hay más gente trabajando. Es una parte decisiva para crecer y ello lleva a ganar. No te cansas de ganar títulos, es una situación única, ganar un título es algo que se da muy pocas veces. Entrenamos duro, pocas veces hay ese premio y cada uno que se gane hay que celebrarlo", reflexiona la madrileña, que explica de manera concreta los estilos de balonmano diferentes que proponen Costa del Sol y Rocasa Gran Canaria "Es totalmente diferente. Nuestro juego es más rápido, más 1x1, de mucha proximidad con la defensa, con mucho riesgo de pérdida de balón. Ellas, a priori, con menos esfuerzo físico pueden optar a situaciones de gol. Nos pasó en la ida en momentos en que ellas están atascadas y una lanzadora se levanta desde 10 metros y puede meter un gol. Eso nosotros no lo tenemos. Si llegamos a seis metros tenemos que machacar. En la ida nos costó mucho, iniciamos jugando bien a nivel de ataque, conseguimos buenas opciones de lanzamientos, pero no estuvimos acertadas y el error es que eso nos hizo dudar de esa forma de atacar. Nos faltó orden en la segunda mitad, no sabíamos bien por dónde íbamos y veníamos. Y eso lo tenemos que corregir. Hay que reducir pérdidas y seguir jugando hacia fuera. Confiar en que nos van a meter las extremos. Es nuestro juego y no hay que perder la fe".

La garra gallega de Estela Doiro, también parte de este ciclo campeón, completa la primera línea titular del Costa del Sol. Después de salir de las clases que imparte habla sobre cómo está el vestuario pensando en el partido del sábado. "La derrota fue dura por las sensaciones malas de juego que tuvimos. No estuvimos en partido nunca. Lo mejor fue el resultado, siendo sincera, podía haber sido más abultado de lo que en realidad fue. Cuatro goles son totalmente remontables. Estamos con confianza y ganas de hacerlo bien. Cuando estamos metidas y disfrutando, con el pabellón que pinta a como va a estar, estamos muy ilusionadas. Pese a haber perdido, allí no salía nada, no estuvimos centradas. Cuatro goles son remontables. Se puede y tenemos total confianza", admite Doiro, que señala el campo de mejora: "Sobre todo, nuestra faceta ofensiva. En ataque estuvimos muy mal, no nos salió nada, cometimos muchos errores, fallamos mucho, con pérdidas de balón. Pero estuvimos bastante bien atrás, sólo 21 goles, nuestra portería estuvo espectacular. A nivel de faceta defensiva bien, pero hubo un momento en que sólo llevábamos cuatro goles en 20 minutos del primer tiempo. Eso no puede pasar".

"Más allá del resultado, que ojalá sea positivo y consigamos la victoria y este título, este sábado el balonmano femenino va a ganar en España. Pinta que va a haber mucha gente, mucho ambiente, que el Carpena estará precioso, a nivel de espectáculo es increíble. Ya con eso también ganamos. Meter a varios miles de personas... El récord en España eran algo menos de 5.000 y ojalá lo superemos", añade la gallega sobre lo que se vivirá, al tiempo que también incide en las diferencias de los dos equipos: "Somos dos equipos completamente diferentes, de un extremo a otro. Ellas son grandes, corpulentas, con mucho lanzamiento exterior, fuertes. Nosotras somos jugonas, nos gusta jugar rápido, 1x1 y atacar. Dos estilos totalmente opuestos. Cada una jugará sus bazas, nosotras evitar su lanzamiento exterior y ella evitar que nuestro 1x1 se imponga. La verdad es que es una gozada jugar con gente que entiende así el balonmano, como Espe y Silvia, que tienen tu punto de vista de jugar. Cualquiera de las que salga sabemos lo que tenemos que hacer".

Doiro, Arderius y López, la cabina donde se genera el juego del Costa del Sol, sueñan con la remontada y el título. Pero también con jugar ante un Carpena con miles de personas.