Azahara, la chica del millón

Era cuestión de tiempo, conocer dónde y cuándo. Pero el primer título de Azahara Muñoz en el circuito más importante del mundo, el LPGA, no ha sido una sorpresa en el mundillo del golf. Avisaba desde que era una niña que con 14 años fue reclutada por la Federación, dejó San Pedro Alcántara y peregrinó por el CAR de Sant Cugat y la Residencia Blume antes de emigrar a Arizona para compatibilizar la carrera de Psicología y el golf.

Azahara contaba con títulos a puñados como amateur. Llevó a su universidad al título nacional. Ganó el British de 2009, disputado también en la modalidad de match play, como el de su primer título profesional americano. En su salto a profesionales, en 2009, venció en un torneo del Circuito Europeo en Madrid y, más tarde, en el Banesto Tour, para profesionales españolas. Pero el triunfo en el Sybase Match Play le transporta a otra dimensión, más histórica. A sus 24 años, es la tercera española que vence en un torneo del LPGA, tras la pionera Marta Figueras Dotti (1994, Cup Noodles Hawaiian) y la coetánea de Azahara Beatriz Recari (2010, CVS/Ppharmacy LPGA Challenge). El LPGA es el circuito el que concentra a las mejores jugadores del mundo. En hombres, el European Tour es una alternativa poderosa al PGA americano. En mujeres, la diferencia es mucho más acusada.

El triunfo de Azahara Muñoz no es una casualidad. Sus anteriores puestos en semanas previas habían sido un cuarto en Mobile Bay y un segundo en Hawaii. Este año no ha fallado ningún corte en los nueve torneos en los que participó. Su peor puesto fue un 48º, el siguiente un 31º. En los otro siete torneos acabó la 25ª o mejor. Seis posiciones entre las 20 mejores, tres en el Top 5. Las consecuencias se amplifican. El triunfo en el Sybase le vale acceder por primera vez en su carrera al Top 20 del ranking mundial. Ayer lucía como la 19ª tras ascender ocho posiciones con el título. El ranking tiene la particularidad de que arrastra resultados de las dos últimas temporadas, lo que hace más complicado el ascenso súbito (y la bajada a plomo). En una entrevista en estas páginas antes de comenzar la temporada, Azahara decía que acabar el año como Top 15 sería un gran reto. No anda lejos de conseguirlo y queda más de medio año y tres majors por delante.

Hay más. El triunfo en New Jersey permite a la malagueña colocarse como la segunda jugadora en ganancias del LPGA en 2012, con 652.835 dólares (511.388 euros al cambio de ayer), sólo superada por la tirana del golf en las últimas temporadas, la número uno mundial, la taiwanesa Yani Tseng. En rango mayor, el triunfo de Azahara le permite superar la barrera del millón de dólares de ganancias en su carrera (1.200.601, unos 940.000 euros), una frontera simbólica.

En el día después del triunfo, Azahara asimilaba lo que había ocurrido. "Esto suena magnífico, ganar un torneo del LPGA. He estado cerca varias veces, pero nunca sabía si era lo suficientemente buena para ganar. Finalmente lo conseguí, suena muy bien. Lo había tenido varias veces, pero no podía amarrarlo. No sabía si iba a ser capaz de alcanzar la primera victoria. He trabajado duro y finalmente lo conseguí, así que espero que pueda obtener muchas más, que sea más fácil ahora", decía Azahara, que respondía vía Twitter a las felicitaciones de los y las mejores golfistas mundiales, que celebraban la consagración mundial de una estrella. "No tenía nada planeado para celebrarlo. Quizá me arranque con algo, pero no lo sé. Me lo tomaré con tranquilidad, seguramente. Estoy muy cansada, así que me tomaré unos días de descanso y relax, haré algo divertido y volveré después a trabajar", explicaba la de San Pedro, que regresa a casa cuando tiene un hueco para ver a su familia, amigos y novio. Algunos de ellos contemplaban con júbilo el domingo a última hora en Guadalmina, el campo en el que a los 8 años empezó a pegar bolas, el triunfo a través de Canal + Golf. Ahora, en el horizonte está a principios de junio el Wegmans LPGA Championship, segundo grande de la temporada.

En una semana repleta de emociones, con el fallecimiento de su abuela reciente, con un incidente en la semifinal, subsanado con un sentido abrazo tras el triunfo, con su amiga Morgan Pressel, penalizada en un hoyo por "juego lento", Azahara, otra golfista desde la Solheim de 2011, se hizo grande.