Baptista: "Nos cuesta un poquito"
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El brasileño diagnostica la mala racha anotadora que atraviesan él y Van Nistelrooy sin traumas: "Ruud y yo no estamos marcando, pero el equipo está ganando y poco a poco esperamos marcar y ayudar también"
Siete goles de Van Nistelrooy, cinco de Julio Baptista. El verano futbolero cerró sus puertas con un claro mensaje: la delantera titular de Manuel Pellegrini llegaba bien engrasada al arranque liguero. De pronto se hizo de noche; el brasileño sufrió unas molestias en un pie que se complicaron contra pronóstico y la huelga dejó al holandés al ralentí. 450 minutos de Liga después, sus contadores están a cero. Raro, raro. "Nos está costando un poquito más, quizá no lo estamos haciendo tan bien como la parte de atrás", reflexionó ayer Baptista en voz alta. Lo bueno, que ha sido más por falta de tino que de presencia en el área.
La medicina única es el gol, pero el primero siempre es el que cuesta más, el que elimina ansiedades de un plumazo si llega pronto, el que hace la portería cada vez más pequeña si se eterniza. La dupla estrella de Pellegrini sufre la misma carestía, pero desde distintos puntos de vista. Van Nistelrooy suma cinco encuentro vacío. El ex del Hamburgo, veterano de guerra, no esconde la importancia que tiene estrenar la tarjeta anotadora. Sabe que se le fichó para la misión del gol, también que Pellegrini está satisfecho por el trabajo que aporta (descarga el juego, lee muy bien los movimientos de Cazorla y Joaquín, fija a los centrales rivales), pero que el juicio final se hará a través de lo que haya metido en su buchaca. En Zaragoza, por primera vez desde que arrancó la Liga, acabó el partido con el gesto torcido. Los goles como el que falló ante Roberto a los siete minutos son su especialidad. Por ahora es lo único que se reprocha.
Baptista lamenta profundamente el parón por los dolores que le provocó el edema en el sóleo de su pierna izquierda. Porque ya tuvo que parar por problemas en un pie en plena pretemporada. Dos interrupciones no muy extensas, pero suficientes para impedirle agarrar el ritmo con el que acabó la pasada Liga. Conectó con ese nivel en pretemporada, pero ese delantero no ha vuelto a aparecer. Su falta de frescura se le ha notado al errar controles fáciles, en la falta de chispa para salir airoso del regate en carrera. Por eso en estos últimos partidos se ha afanado en lanzar faltas. Sabe que marcar es el camino más directo para volver a ser la Bestia que salvó al Málaga de un descenso cantado.
Tres tiros al larguero aportan el componente de rabia para ambos. "Ruud y yo no estamos marcando, pero el equipo está ganando y poco a poco esperemos marcar y ayudar al equipo también", es el consuelo de Baptista. Los dos tienen máxima confianza por parte del entrenador, algo que queda claro en cada entrenamiento. El Ingeniero acepta que ambos pasen algunos días de la semana trabajando en el gimnasio. Sobre todo Van Nistelrooy, quien tiene que cuidar sus rodillas. Además, a pesar de que la semana con tres partidos invitaba a hacer rotaciones, les dio la titularidad en los tres. Para que Baptista tomara oxígeno competitivo cuanto antes; para que el holandés pudiera firmar su primer tanto de la temporada y poder liberarse de esa carga. "Esperemos que poco a poco, con más tiempo, la parte de delante creemos más ocasiones para concretarlas", desea para el futuro Baptista.
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