Por tierra y aire se pueden ganar los partidos. En ambos contextos fue de gran utilidad la presencia de Ignacio Camacho. Se fajó en la medular para destruir las acometidas locales y apareció como un misil para rematar a gol el saque de esquina de Eliseu. Es una semana para enmarcar del maño, que ya en Atenas completó 90 minutos de aúpa. A falta de los líderes habituales, el maño emergió para propulsar al Málaga a los puestos de liderazgo de la clasificación.

Isco lo intentó, pero acusó en demasía el lamentable césped del Zaragoza. A Joaquín le salió algo más, probablemente porque tuvo más porfía. Eliseu, sin embargo, cerró las estadísticas de la jornada como el jugador que más veces buscó el gol; hasta en cinco ocasiones remató el asistentes de Camacho. Saviola demostró que lleva el gol en la mente, aunque hizo selecciones de tiro poco afortunadas. La defensa continúa a buena altura, incluido Caballero, al que Romaric probó de varias maneras. La única mácula, dos malas salidas en los instantes de desesperación maña.