Se van conociendo más detalles acerca de los motivos de la detención de Carlos Aranda. Este viernes abandonó la prisión de Zuera (Zaragoza) tras abonar una fianza de 100.000 euros. El juez acusa al ex futbolista malagueño y a Raúl Bravo de "pertenencia a grupo criminal, corrupción en el deporte y estafa".

Aunque el jugador asegura que "nos han metido a los que menos culpa tenemos", los informes policiales señalan que su vinculación era profunda. El País informa de que Aranda puso en marcha en 2017 dos sociedades para abrir sendos locales de apuestas en Málaga, con marca Luckia. Una, un local en la avenida Salvador Allende, 92, en El Palo. Otro, en la Avenida Jane Bowles, 3, en La Virreina.

El periódico con sede en Madrid informa de que el Juzgado de Instrucción 6 de Málaga ya tenía intervenido el teléfono en una investigación por presunto tráfico de drogas y blanqueo de capitales y de ahí tiró del hilo. Los dos locales estaban bajo sospecha, sobre todo por el Huesca-Nàstic de la temporada pasada a partir del que se origina la tormenta. Según la policía, varios detalles conectan a quienes más ganaron en España con ese encuentro: “Todos tenían su residencia en Málaga”.