Comienzan los trabajos para plantar el nuevo césped de La Rosaleda

No había tiempo que perder. Estaba el Cacereño saludando a los 200 aficionados que les habían acompañado a Málaga a animar en el choque de la Copa del Rey cuando, sobre el mismo césped, estaban dando comienzo los primeros trabajos para retirar el actual césped de La Rosaleda por uno nuevo. Un trabajo a contrarreloj que tenía ayer por la mañana su inmediata continuación.

Llegaron con tres máquinas diferentes. La primera se encargaba de ir arando los tepes de césped, la segunda absorbiéndolos y la tercera iba recogiendo los restos para dejar el lienzo en blanco, listo para replantar. Todos trabajando sin descanso para cumplir el plazo esperado y retirar el viejo césped. Hoy, la empresa Ibergreen tiene previsto comenzar con la segunda fase: comenzar a implantar los tepes del nuevo terreno.

La Rosaleda no olvida que el césped que ahora se marcha es el que ha dado cobijo a los jugadores más talentosos de toda su historia y su participación fue clave, estando a la altura de los mejores campos en Europa. Un césped a la altura de un ambicioso proyecto que, paralelamente, también ha sufrido a su manera los problemas económicos que ha atravesado el club.

Desde que el césped se cambió por última vez, en agosto de 2010, con la llegada del jeque Al Thani, nunca había mostrado el más leve signo de deterioro. Aguantó dos temporadas sin que pasar por ningún momento bajo, pero fue en la presente campaña cuando todos los problemas llegaron de golpe. Primero, la marcha de Benito Mateo al Valencia. El jefe de jardinería sigue teniendo un compromiso firmado con el club de Martiricos y acude periódicamente al estadio para la preservación del césped. En segundo lugar, el hongo Pythium, que atacó el campo blanquiazul en la previa del encuentro ante el Milan. La aplicación de tratamientos fungicidas impidió al club realizar su habitual tarea de mantenimiento. Por último, las lluvias dieron la puntilla al verde, ofreciendo un aspecto lamentable ante Valencia y Cacereño.

La principal esperanza del club es que el césped eche buenas raíces, ya que va a tener muy poco tiempo para ello debido a la visita del Anderlecht el 4 de diciembre en el intrascendente choque de Liga de Campeones. Cinco días para que un nuevo terreno se adapte con la esperanza de que lo haga tan bien como el último. El nuevo escenario en el que los hombres de Pellegrini esperan seguir mostrando su mejor versión. Después de los belgas vendrán el Granada y el Real Madrid. Entre ellos, la incertidumbre de la Copa del Rey. Se sabe que será el 19 de diciembre, pero aún no si tendrá lugar en el estadio malagueño o en el del equipo contrario.

El reemplazar el antiguo tapete por uno nuevo también es indicativo de que la situación económica del Málaga comienza a remontar, pues se trata de la primera inversión seria que realiza el club desde el pasado verano. Es la primera prueba factible de que el Málaga dispone de liquidez para afrontar tales empresas a la espera de que las deportivas mantengan el nivel.