Son ya muchos días históricos para el Costa del Sol, pero cuando se holla un lugar desconocido siempre es especial. Lo fue este domingo en Copenhague, capital danesa y uno de los principales centros del balonmano mundial. El conjunto malagueño completó una gesta sin precedentes a nivel continental. Ganó un título, la EHF European Cup, además de una final que metió más de 7.000 personas en el Carpena. Pero esta EHF European League es otra dimensión, otro nivel de balonmano, ya con equipos de las mejores de Europa en competición. Y el Costa del Sol completó 60 minutos mágicos en el Frederiksberg Opvisnings Hal, dominando de cabo a rabo para ganar 20-25 en tierras danesas. En Carranque se había empatado el partido tras salvar una situación delicada (-3 a falta de seis minutos). Llegaron vivas las jugadoras malagueñas y desplegaron el mejor balonmano posible, con un muro habitual en Merche Castellanos y una espectacular Silvia Arderius, con 12 goles y liderando completamente el ataque.

Se pudo ver el partido en Málaga gracias al esfuerzo del club, que improvisó un enlace desde el pabellón para que la gesta no fuera invisible. Y así se pudo contemplar cómo el Costa del Sol se mete entre las 16 mejores de la European League y entra en la fase de grupos. Ello implica que hay garantizados seis partidos europeos más, sacándose también la espina de la temporada pasada, con esa eliminación administrativa dolorosa. Será un gran esfuerzo físico en enero y febrero, tras el parón para el Mundial, pero merecerá la pena para testar el nivel. Sólo se mejora compitiendo contra equipos mejores. Y así lo hará el Costa del Sol. Para dimensionar, sólo un equipo español, el Bera Bera, pudo competir en esta instancia en la última década.

El Costa del Sol salió con el plan de partido claro y desde los primeros minutos mandó. 2-7 de salida y un dominio claro de la situación. El cuadro danés daba síntomas de nerviosismo, de no saber cómo atacar la defensa malagueña, sin lanzar desde más allá de nueve metros como suelen. Cuando sí podían perforar era frecuente que se encontraran con Castellanos. En ataque, Arderius hacía mucho daño, creando juego y ejecutando. Forzaba penaltis constantemente (9/9 transformados por la central madrileña). Con un gran porcentaje de acierto (25/41 al final) que contrastaba con el del Copenhague (20/41). 8-14 era el resultado al descanso.

Llegaría a doblar en el marcador el Costa (8-16) de salida. Desde ahí gestionaría la ventaja. El Copenhague sacaba orgullo para intentar recortar. La situación más crítica llegó con un 19-22 y balón para las danesas, pero Castellanos sacó un pie que evitó un gol más. Ya tuvo tranquilidad el equipo malagueño, que se lanzó hacia la victoria para seguir vivo en Europa y ante un reto muy sugerente después de haber tumbado al Larvik noruego y al Copenhague danés, dos equipos de países que son potencias mundiales de este deporte.