Diego Costa, de barriobajero a ídolo

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El brasileño, ahora una sensación en Liga, se estrenó en España partiéndole una ceja a Weligton de un rodillazo que le llevó a necesitar siete puntos

Diego Costa empuja a Weligton.
Diego Costa empuja a Weligton.
José L. Malo Málaga

01 de marzo 2013 - 05:02

Con 19 años recién cumplidos, Diego Costa dejó una fea tarjeta de presentación en La Rosaleda. Vivía su tercera cesión, la primera en España, en las filas del Celta, para ayudar al ascenso. El Atlético de Madrid había descubierto a un espigado delantero lleno de cualidades pero que había aprendido a jugar al fútbol en su barrio y que tenías más condiciones de calle que de escuela. La meta, como con tantos, era intentar hacerlo madurar a base de cambios de residencia y objetivos. Hoy empieza a dar sus frutos la apuesta colchonera. El brasileño está tirando del carro de Simeone y ha logrado que se batan más palmas por él que por Falcao. El domingo vuelve a un escenario donde siempre fue non grato. El tipo que en Martiricos dio más patadas a rivales que al balón hoy es una de las sensaciones de la Liga.

Corría el 2 de diciembre de 2007, jornada 15. Málaga y Celta, favoritos al ascenso entonces, dirimían un duelo de tensión. Canobbio adelantó al Celta y sólo tardó un minuto en igualar Calleja, tras buen servicio de Paulo Jorge. Pero la polémica estuvo protagonizada toda la mañana entre Diego Costa y Weligton. Se las tuvieron tiesas en cada acción a balón parado, en cada pugna. Hasta que en un barullo el brasileño le propinó un rodillazo al malaguista que le abrió una brecha de siete puntos en una ceja.

Entonces se convirtieron en enemigos íntimos. Quedó claro días después en sus declaraciones cruzadas posteriores. "Mi rodillazo no fue a propósito, pero se lo merecía. Es un futbolista que siempre pega, es deshonesto. ¿Por qué se queja tanto? ¿Es una niña? Pues que juegue al voleibol", llegó a decir el hoy atlético. "Sus declaraciones son de una persona que no tiene de qué hablar. No es aún un jugador maduro, no tiene experiencia y por eso no me preocupa de lo que habla", fue la réplica.

La tensión duró muchos meses después, pero se fue enfriando poco a poco. Tampoco ha habido mucha opción al reencuentro. En la temporada 09/10, con Diego Costa cedido al Valladolid, ambos se vieron las caras en el 1-1 de vuelta. El año pasado el delantero participó unos minutos en la goleada que le endosó el Málaga al Rayo (4-2) en uno de sus mejores encuentros del curso. Aunque Weli es titular habitual, coincide que en otros tres duelos ante los blanquiazules no jugó por lesión o sanción.

Mucho ha cambiado el panorama desde entonces. Simeone parece haber sabido entender a Diego Costa. Ha conseguido corregir algunos de sus lances extradeportivos, aunque ahí queda la guerra de escupitajos con Sergio Ramos y Amaya o sus continuos piques en cada partido. Su fútbol ha fluido. Es un delantero que incordia, dinámico, con gran cambio de ritmo y potencia. 13 goles, 7 asistencias y 4 penaltis provocados en 31 partidos oficiales es su bagaje de la temporada. A Weligton le han caído muchos palos en Barcelona desde su desafortunado pisotón a Messi en un choque liguero. Pero también se ha consolidado como uno de los defensas más regulares de la liga. Pasado mañana el duelo entre ambos llega en su mejor momento de madurez y con sus equipos en la cumbre. Promete.

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