Directo al 'congelador'
Fútbol l Liga BBVA
La Federación sustituye a Pérez Burrull por Muñiz en el Espanyol-Barcelona de la Copa · La actuación del cántabro en el Madrid-Osasuna indigna a todo el fútbol
Polémica y congelación: tras su asombrosa actuación del domingo el árbitro Alfonso Pérez Burrull ya sabe que no volverá a actuar en un campo de juego de la Liga española de fútbol por un largo tiempo.
El de Pérez Burrull fue ayer el nombre más repetido en todos los periódicos deportivos españoles después de su escandalosa actuación en el estadio Santiago Bernabéu. Tanto, que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) decidió meterlo en el congelador: no arbitrará por tiempo indefinido.
El Real Madrid venció por 3-1 al Osasuna, pero nadie habló ayer del resultado, porque sólo hubo ojos para la actuación de Pérez Burrull, quien prolongó la polémica con algunos comentarios inusuales realizados en el propio campo, entendido como "despectivos" por los jugadores visitantes.
No existen precedentes recientes sobre una actuación así: el extremo osasunista Juanfran sufrió dos claros penaltis y el árbitro no sólo no los concedió, sino que mostró sendas tarjetas amarillas al futbolista tras las jugadas, con la consiguiente expulsión. Quizás el primer caso de un jugador expulsado por recibir penaltis, y no por cometerlos. Los propios aficionados del Real Madrid casi despidieron con compasión a Juanfran hacia los vestuarios. Nadie podía creer lo que había visto.
"Pisotón arbitral", tituló ayer Diario de Navarra, que en su crónica añade: "La actuación del árbitro fue vergonzosa, no sólo para el equipo rojillo, también para el aficionado al fútbol".
Ni siquiera la prensa deportiva madrileña pudo evitar la palabra "escándalo". "La verdad es que lo de Juanfran fue de juzgado de guardia. No pitarlos está mal; amonestar por fingimiento es el colmo", suscribe As.
Patxi Izco, presidente de Osasuna y operado recientemente, no pudo soportar lo que sus ojos veían y se marchó del palco a ocho minutos del final, nada más producirse la segunda jugada polémica, que podía haber dado el empate a los visitantes. Luego estalló: "Lo de Pérez Burrull es de delincuente".
Pero lo peor llegó después del partido, con las palabras "cazadas" por una cámara de televisión. "Por lo menos, tírate bien", le dijo Pérez Burrull a Juanfran después de la jugada del primer penalti. "¡Vaya provocación!", reaccionó un indignado José Antonio Camacho, el entrenador rojillo.
¿Tiene la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que designa a los árbitros, algo que decir al respecto? "De árbitros no hablamos, ya lo sabéis", dijo ayer a Dpa un portavoz de la RFEF. El hermetismo y el silencio son permanentes en la relación de los árbitros españoles con el resto del espectro futbolístico. La RFEF "recomienda" a los árbitros no hacer declaraciones públicas ni antes ni después de los partidos, y éstos siguen esos dictados al pie de la letra.
Sin embargo, es fácil intuir que la RFEF no terminó demasiado conforme con Pérez Burrull. Estaba designado para arbitrar el Espanyol-Barcelona de mañana, en la Copa del Rey, y ayer fue sustituido por Muñiz Fernández sin mayores explicaciones.
Al tiempo se reaviva una vieja polémica, en relación a la necesidad de que los árbitros sean completamente profesionales, y no "amateurs pagados de lujo". Un árbitro español cobra cerca de 40.000 euros anuales como fijo, más 1.500 euros por partido.
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