Fútbol

Dos partidos y 20 euros de sanción a un entrenador por "agarrar por el cuello" a un niño

  • Un técnico del equipo infantil del Marbella FC agredió a un jugador rival del Alhaurino, según recoge el acta

  • El Marbella sostiene que lo hizo para separar en un tumulto y aportó la declaración de dos policías locales que respaldan la versión del entrenador

  • Ni la Federación Malagueña ni la Andaluza elevaron la sanción tras las alegaciones del Alhaurino

  • Insultos machistas a una niña en un partido

Imagen del campo de fútbol Luis Teruel.

Imagen del campo de fútbol Luis Teruel.

El pasado 11 de marzo se jugaba en el campo Luis Teruel un partido de fútbol de la Segunda Andaluza Infantil (jornada 22) entre el Marbella FC, equipo local, y el CD Alhaurino. Jugadores de 13 y 14 años. Había sido un partido "caliente" según testigos presenciales, pero no había llegado la sangre al río entre los jugadores. Al final del encuentro hubo una invasión de campo y se desató el caos.

En el acta del encuentro, el colegiado, Ismael Rodríguez, recoge varios incidentes. "Por parte del Alhaurino en el minuto 62 tengo que parar el partido para expulsar a un padre del campo ya que no paraba continuamente de faltar el respeto tanto a mí como al portero del Marbella. Por parte del Marbella, al final el partido se realiza una invasión de campo tanto por niños de la grada que se encaran con jugadores del Alhaurino incluso uno de las personas de la grada encarándose con otro jugador y llegando a empujarlo y varios padres separando al final del partido", se relata en el documento oficial. 

Lo más llamativo viene a continuación: "En el final del partido el técnico Carlos D. I. fue expulsado por el siguiente motivo: Al finalizar el partido jugadores del Marbella se encaran con el otro equipo Alhaurino y elentrenador del Marbella agarra al jugador del equipo contrario del cuello empujándolo". La sanción para él: dos partidos sin dirigir y 20 euros de multa.

El Alhaurino ha presentado recursos tanto a la Federación Malagueña como a la Andaluza con alegaciones para que se aumentara la sanción al considerarla muy baja por el calibre del incidente. No ha habido modificaciones en la misma. Daniel Fernández, padre del menor agredido, se decidió a hacer público a través de las redes su descontento ante una sanción mínima. 

"El partido en sí fue bastante tenso, pero no tanto como para llegar al extremo que se llegó. El Marbella ganó 3-1, no esperábamos ese final, el árbitro pitó y 12-14 niños de la misma edad, entre 12 y 15 años, salieron al campo con la intención de increpar a los nuestros. No llegó a cometerse ninguna agresión entre ellos. Yo estaba como delegado de equipo y mi compañero de entrenador", relata Daniel Fernández a Málaga Hoy: "Nuestra intención era agrupar a los niños para quitarlos de esa muchedumbre. Los tenía a todos controlados, me faltaban dos, uno mi hijo y otro compañeros más. Yo estaba de espaldas y cuando me giré vi a mi entrenador empujando al entrenador del otro equipo y me preguntaba que qué habrá pasado. Conforme se levantó salió a correr. El entrenador no me lo quiso decir al momento y me lo dijo ya en el vestuario. Me enfadé mucho, no me lo esperaba, no sabía cómo habría reaccionado. 'Lo ha cogido del cuello y lo empujé para quitarlo', me dijo. El árbitro lo ha recogido en acta, es palabra del colegiado porque él lo vio. Allí mismo pensé haber puesto una denuncia vía penal, pero no quise básicamente por mi hijo, por no meterle en un proceso así. Le miré bien, no tenía un arañazo y él se fue tranquilizando. El árbitro estuvo a nuestro lado en todo momento, nos decía que era la primera vez que le pasaba".

"Entonces hicimos un recurso, unas alegaciones para que la Federación tuviera constancia", explicaba Daniel Fernández sobre cómo se hizo ya en frío: "Primero fue a la Malagueña, el club tuvo que pagar para poder realizar otra segunda a la Andaluza, con el mismo resultado. La primera alegación ellos achacan que se hizo fuera de plaza por dos horas, en una primera instancia no recogieron nuestra alegación. Y decidieron esos dos partidos de suspensión y 20 euros de multa. El club pagó 40 euros para poder presentar una segunda alegación a la Andaluza, pero se ratifica la misma sanción".

Versión del Marbella: "El entrenador estaba separando"

En el Marbella existía estupefacción y malestar por la publicación de esta noticia una semana especial para el club con el ascenso a Segunda RFEF. José Trujillo, coordinador de fútbol base del club marbellí, contactó con este periódico para mostrar su disconformidad con la información publicada, en la que se utilizaba el acta arbitral como base. "Nuestro club está en contra de cualquier acto vandálico. En más de una ocasión que hemos tenido incidentes lo hemos afrontado con mano dura, hemos expulsado a dos cadetes anteriormente y los entrenadores que se comporten como no es debido están en la calle", afirmaba.

Borja Martín, secretario y encargado de asuntos legales del Marbella, apuntó que "rechazamos todo acto de violencia. Somos un club bastante serio, no cometemos actos violentos y tenemos una línea de conducta", antes de proceder al relato de los hechos en la versión marbellí: "Respaldamos en las alegaciones presentadas en la Federación las palabras de nuestro entrenador con el testimonio de dos policías locales presentes en el partido que avalan que su papel fue el de separar en la riña. El árbitro pone en el acta que Carlos empuja y agarra del cuello. Eso lo aprovecha el club rival para atacarle. Nuestra versión de los hechos, como así lo atestiguan esos dos policías locales y el propio entrenador, es distinta. Carlos es un chaval de 19 años con muy poco cuerpo. Se formó una riña entre jugadores y estaba separando y eso fue lo que ocurrió. En el expediente disciplinario que abrió la federación presentamos la declaración de los dos policías y de nuestro entrenador. El Alhaurino no aporta ningún parte de lesiones del jugador en sus alegaciones y ni siquiera identifica al jugador supuestamente agredido como tampoco lo recogía el árbitro en el acta. En esa situación lo primero es presentar alguna prueba del estado en que está el jugador y que le han agredido. Ese jugador ha seguido jugando sin problemas en jornadas posteriores. Entiendo que ese padre lo hubiera puesto en manos de la Fiscalía si hubiera habido algo".

Martín explica que "una vez se cierra el acta arbitral, la Federación da hasta el segundo hábil para presentar alegaciones y el Alhaurino lo hace tarde. Independientemente de eso, el Comité de Competición abre expediente por el acta. El órgano resuelve en virtud de dos conceptos. La Justicia Deportiva difiere que un concepto es agredir y otra emplear una actitud airada, la diferencia es querer hacer daño o no. Considera que Carlos emplea una actitud airada, pero sin hacer daño, como así se demuestra con la declaración de los policías y por eso se le sanciona con dos partidos. El Comité ha resuelto en virtud a las pruebas y las alegaciones presentadas".

Quejas del Alhaurino

Fernández lamenta que desde el club marbellí haya habido interacción. "En ningún momento, ni conmigo particularmente, tienen mis datos porque soy el delegado, ni con el club a nivel institucional. En la reclamación se dice que ni hubo arrepentimiento espontáneo ni nadie del Marbella suavizó la situación en el lugar", relata: "Cuando me llamaron de la directiva del club para comunicármelo, no me lo creía. Si me dicen que ponga 200 euros para que no vuelva a entrenar, los pongo. Para mí no se puede permitir que un adulto agreda a un niño y siga entrenando". El pequeño, asegura su padre, "está bien, mejor, me pregunta, la sanción... Le dije que se había hecho otro recurso y que ahora se están interesando muchas personas".

"En esta misma temporada, un compañero de mi hijo, en La Mosca, el rival lo estaba agarrando, soltó la mano, le dio en la cara, mal hecho, y le metieron cinco partidos de suspensión. Y era entre un niño y niño. Aquí sólo dos... No entiendo nada. Tengo tres hijos y los tres son futbolistas. Pero con lo que veo que ocurre en los campos se me quitan las ganas de que sigan haciéndolo", cierra con desazón Daniel Fernández.

 

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