La mística de la Copa Davis por encima de los nombres en Málaga

Tenis

Australia, Alemania, Canadá, Croacia, Italia, Estados Unidos, Países Bajos y España compiten desde hoy y hasta el próximo domingo por la Ensaladera en el Martín Carpena

Muchas ausencias de nivel (Alcaraz, Nadal, Zverev, Sinner, Kyrgios...), pero estarán 10 de los mejores 26 tenistas del mundo

Las razones para traer la Davis

Entrenamiento de Alemania en la pista del Carpena, ayer.
Entrenamiento de Alemania en la pista del Carpena, ayer. / Javier Albiñana

El último año del siglo XIX era técnicamente 1900 y fue justo entonces cuando se alumbró la Copa Davis. El nombre, uno de los más potentes en el mundo del deporte, sostiene en pleno sigo XXI a una competición que tiene poco que ver con la primigenia y que se ha ido adaptando a los tiempos, menos pacientes y más volátiles. Las bajas (Alcaraz, Nadal, Kyrgios, Sinner, Berrettini...) lastran el espectáculo, pero Málaga se convierte en la capital mundial del tenis esta semana, se apela a la mística del torneo para refulgir. El foco en el Mundial de fútbol de Catar es inamovible e inigualable, no se puede competir con él y seguramente un error colectivo del mundo tenístico no haber ganado una semana al calendario para evitar la coincidencia. Pero, asumido esto, es un evento de dimensión planetaria, con ocho equipos (Alemania, Australia, Croacia, Canadá, Italia, Estados Unidos, Países Bajos y España) de tres continentes presentes durante seis días en el Martín Carpena, cuyo interior y alrededores han sufrido una gran transformación para adaptarse a las necesidades del evento.

Andalucía ya fue sede de las finales de la Davis en 2004 y 2011, con los duelos decisivos en La Cartuja de Sevilla por la Ensaladera contra Estados Unidos y Argentina, ambas con victoria, la segunda y la quinta. Se vio el alumbramiento en la superélite de Rafa Nadal, la consagración de Moyá y un ambiente volcánico con los argentinos, que hincaron la rodilla. Entonces el formato clásico de los cinco partidos a cinco sets entre dos equipos convertían al tenis en un deporte más de equipo y a la Davis en una agónica competición de resistencia durante un fin de semana eterno, con el hecho muy influyente de que había un local y un visitante.

Ahora todo es distinto. Convergen ocho equipos en una semana en el mismo lugar (55% de aficionados de fuera de Andalucía y 21% de ellos extranjeros). La Davis de Piqué se la rebautizó por la entrada en el negocio del recién retirado portentoso central catalán a través de su empresa Kosmos. El contrato es por 25 años con la ITF, de muy largo plazo. Después de que Madrid fuera sede durante dos años del nuevo formato (2019 y 2021), todo hacía indicar que habría una expansión a Oriente Medio o, en su defecto, Estados Unidos, pero la pandemia ha hecho a los organizadores de eventos ir a lo seguro. Y entienden que Andalucía (la Junta soporta el grueso de la inversión total, unos 10 millones de euros, con el apoyo de Ayuntamiento y Diputación) y Málaga ofrecen esas garantías. Las autoridades sostienen que retornan cuatro euros de forma directa (40 millones) y otros 10 más indirectamente (100) por cada uno recibido.

Por el tapiz verde sobre fondo negro del Carpena de superficie greenset pasarán dos Top 10 mundiales (el canadiense Felix Auger-Aliassime, seis, y el estadounidense Taylor Fritz, nueve), cuatro Top 20 más (el español Pablo Carreño, 13; el croata Marin Cilic, 17; el canadiense Denis Shapovalov, 18; y el estadounidense Frances Tiafoe, 19) y otros cuatro Top 30 (el español Roberto Bautista, 21; el italiano Lorenzo Musetti, 23; el australiano Álex De Miñaur, 24; y el croata Borna Coric, 26). Es decir, 10 de los mejores 26 jugadores del mundo. Por calidad del cuadro sería seguramente un buen ATP 500. Pero, claro, un elenco con Carlos Alcaraz (1), Rafael Nadal (2), Alexander Zverev (11), Jannik Sinner (15), Matteo Berrettini (16) y Nick Kyrgios (22), cuyos países están presentes en Málaga, hubiera elevado varios puntos el caché del torneo. El tenis no deja de ser un deporte individual aunque en estos torneos haya espíritu grupal.

La competición se desarrolla con una eliminatoria al día, salvo el jueves, que habrá dos. Tres partidos y pasa quien gane dos. Cada partido al mejor de tres sets con tie breaks. Individual entre los números dos de cada equipo, individual entre los números uno y el doble decisivo en caso de empate es el orden que se sigue. Es el formato implantado y que aumenta el impacto del último partido, modalidad que no tiene tanto seguimiento e importancia durante el año. Se pretende hacer el consumo más dinámico.

La competición comienza este martes con un Países Bajos-Australia, continúa este miércoles con un España-Croacia (se solapa con el España-Costa Rica del Mundial de fútbol) y se cierran los cuartos de final el jueves, con un doble duelo Estados Unidos-Italia y Canadá-Alemania que puede tener el Carpena abierto muchas horas. El viernes es la semifinales de los ganadores de martes y miércoles y el sábado, la de los ganadores del jueves. Para el domingo queda la final.

Como suele suceder en un evento así, la posición del anfitrión suele determinar el seguimiento y el impacto. Sin Alcaraz y Nadal, España no deja de tener un buen equipo con Pablo Carreño y Roberto Bautista como puntas de lanza más un doblista de alto nivel como Marcel Granollers, con experiencia en la competición. El capitán, Sergi Bruguera, piensa que la pista es demasiado rápida para los intereses españoles. Carreño ha tenido picos altos este año y Bautista ha sido regular pero sin romperla. Albert Ramos y Pedro Martínez completan el equipo. Tienen presión y los croatas poseen un bloque pétreo, con quizá la mejor pareja del torneo (Pavic y Metkic), que vienen de ser finalistas en las ATP Finals, más dos individuales duros, Marin Cilic y Borna Coric, que fueron los últimos campeones en el formato clásico en 2018.

Es la mística y el aura de la Davis, una competición centenaria que intenta ubicarse en el tenis moderno para seguir teniendo su peso. Málaga es la capital del tenis mundial durante seis días en la fiesta con la que el circuito cierra el círculo competitivo de 11 meses.

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