Giorgos Printezis, un jugador sin rol definido

Hay jugadores llamados a tomar la responsabilidad en la pista y jugarse los balones calientes. Los hay que tienen que esperar su oportunidad en el banquillo y aprovechar al máximo sus escasos minutos. Y hay quienes deben conformarse con ayudar en los entrenamientos y jugar sólo de manera esporádica. Pero las circunstancias de este Unicaja han provocado que surja un nuevo tipo de jugador: el que cada día se viste de corto sin saber cuál va a ser su rol.

La nueva tipología la encarna Giorgos Printezis. El jugador más caro de la plantilla, el ala-pívot que hace un año y medio aterrizó procedente de Atenas para convertirse en un pilar fundamental del proyecto de Aíto en Málaga no sabe cuál es su función en el equipo. El griego está desorientado, lo mismo vale para ser titular en un par de partidos como para pasarse casi todo un encuentro en el banco, ser descartado y no figurar en el acta o acabarlo como el jugador más valorado del equipo. Por exagerado que parezca, esta es la secuencia que el jugador heleno ha protagonizado en las últimas semanas.

Su irregular rendimiento llevó a Aíto a forzar la situación en busca de su salida del equipo. Le dejó sin jugar tres partidos entre final de noviembre y principios de diciembre, pero se vio obligado después a disponer de él cuando el club le comunicó que no se iría y le hizo jugar 1:54 ante el Olympiacos, 17:16 en Alicante y salir en el cinco inicial ante el Lottomatica y el Power Electronics. La semana pasada no le movió del banco en la derrota con el Brose Baskets y el pasado miércoles sólo le sacó 3:30 en la segunda parte pese a haber sido uno de los revulsivos en la reacción del segundo cuarto ante el Lagun Aro, actuación que le valió para convertirse por primera vez esta temporada en el MVP del equipo. Con estos precedentes resulta una temeridad predecir el futuro que le aguarda al griego junto a Aíto. Lo que parece claro es que, a día de hoy, es un jugador sin un rol definido.