El Madrid cae en Mónaco antes de recibir al Unicaja

Antes de recibir al Unicaja, el Real Madrid sufrió en Mónaco una nueva derrota a domicilio en la Euroliga tras un encuentro en el que una versión portentosa de Facundo Campazzo (25 puntos, 10 asistencias, 5 rebotes, 3 robos y 41 de valoración),y otra no menos sobresaliente en el primer cuarto de Walter Tavares resultaron insuficientes para contrarrestar la aparición determinante de su ex compañero Nikola Mirotic en el último cuarto.

Igualados ambos contendientes en su balance de 10-7, cada uno de ellos a un lado de la frontera que separa el pase directo a los playoffs y la disputa del 'play in'; el último duelo continental del año suponía en los dos casos la posibilidad de terminar con buenas sensaciones y asentados en la zona noble de la tabla. Ausente el canadiense Trey Lyles, con Theo Maledon afectado por problemas estomacales, el bando madridista decidió sacar a bailar al caboverdiano Tavares. Y la consecuencia fue una salvaje exhibición individual en el primer cuarto, a la altura del cartel de 'mejor pívot de Europa' que se le ha colgado en los últimos años.

El duelo empezó con intercambio de golpes pero a partir del 11-7 el '22' del Real Madrid se adueñó de la escena, cargando con toda la producción ofensiva de su equipo hasta anotar trece puntos seguidos, quince de los primeros veinte. Y por si no fuera suficiente acaparó siete rebotes, cinco de ellos ofensivos en un apartado donde los suyos dominaron 1-7 en los diez minutos de salida. Así, cuando se sentó con ocho y medio jugados acumulaba 18 dígitos de valoración. La furia del coloso desconcertó a los locales, que cometieron hasta seis pérdidas y firmaron un pobre 1 de 5 en triples, pese a ello mejor que el 1 de 7 del rival. Y con todo se marcharon por delante al final del primer acto, beneficiados por sus buenos porcentajes en los tiros de dos y en los libres (21-20, m.10).

El descanso de Tavares lo aprovechó el Mónaco para hacer acopio de puntos, llegando a irse siete arriba. Miró entonces Scariolo al banquillo y volvió a recurrir a la que por entonces era su arma más letal. Sin embargo, esta vez, cuando de nuevo seguía haciendo daño, se engatilló con una falta personal seguida de una técnica que convirtió su protagonismo en esporádico al sumar ya tres, y permitió a los de casa irse con ventaja a los vestuarios (47-43, m.20). Esa dinámica de solidez de los de Vassilis Spanoulis no se quedó en las taquillas, pues pisaron el parqué de manera contundente, con un parcial de 10-0 que les dio la máxima del partido a esas alturas, catorce puntos. Surgió entonces otra figura determinante, a la postre más incluso que la de Tavares, Campazzo, quien con un triple acabó con la sequía de tres minutos sin anotar del cuadro visitante (57-46, m.23).

Fue el arranque de un parcial de 4-16 en el que el argentino se paseó e hizo lo que quiso, añadiendo además otros siete puntos, cuatro de ellos fruto de un 3+1. Alberto Abalde primero y Chuma Okeke después recogieron el testigo, diluyendo la importante renta favorable del contrario y permitiendo que el choque entrase en el cuarto decisivo empatado a setenta puntos.El equilibrio permaneció durante algunos instantes hasta que un viejo conocido, convertido ya en enemigo acérrimo del madridismo tras vestirse de azulgrana, pidió paso. El montenegrino Mirotic, apagado hasta ese momento, clavó dos lanzamientos exteriores consecutivos y sin réplica que rompieron el encuentro. Fueron la semilla que hizo florecer de nuevo al Mónaco, que terminó por duplicar el parcial hasta convertirlo en un 12-0 con el propio Mirotic al mando. No necesitó más el conjunto local, que a partir de ese momento se centró el conservar la distancia pese a los intentos inhumanos de reducirla de Campazzo, que metió cuatro triples y catorce puntos en los dos últimos minutos.