Guillem Rubio: "Málaga me ofrece lo que busco"

Por las venas de Guillem Rubio Vergara (Tarrasa, 1982) corre sangre andaluza, por vía paterna y materna. Es hincha del Betis y le encanta el flamenco. Y el próximo año le gustaría jugar en Málaga. No anda lejos de cumplir su propósito. Las conversaciones entre el Bàsquet Manresa, aún sin patrocinador principal para la próxima temporada, y el Unicaja permanecen abiertas. Es el escollo que falta. Aíto ha dado el visto bueno a la incorporación y el acuerdo entre el club malagueño y el jugador es total. Jugaría en Málaga por tres temporadas. En la concentración de San Fernando, al lado Ricky, con el que comparte sólo el apellido, Garbajosa, Navarro, Marc Gasol y demás galácticos, Rubio representa el lado humilde, el del currante que quema etapas lentamente antes de que a los 27 años le llegue la oportunidad de su vida. Mientras se esfuerza por absorber todo el conocimiento y el talento que le rodea, permanece atento al teléfono. Pronto puede conocer a través de él su futuro.

Rubio, capitán del Manresa, cumple contrato el próximo 30 de junio y explica su situación después de acabar una serie extra de lanzamientos desde el triple, una de las facetas en las que ha mejorado con el paso del tiempo: "Cuando acabó la temporada, había 30 días de margen para salir de Manresa abonando 300.000 euros. Una vez pasada esa fecha, es el Manresa el que debe decir el precio. Es ya una cuestión entre los clubes. Yo soy consciente de que el Unicaja ha mostrado interés. Por mi parte, me gustaría cambiar de un equipo cuya ambición es no bajar a otro en el que lo habitual es jugar la máxima competición europea y pelear por los títulos. Creo que es una pretensión lógica de todo jugador". El admirable club catalán, es conocido, hace funambulismos cada temporada para sostenerse en la ACB en el plano económico. Rubio y Asselin son sus mayores activos a día de hoy tras la salida de Javi Rodríguez y en espera de que maduren algunas jóvenes promesas. El Manresa pide medio millón de euros por Rubio, pero el Unicaja, que pagará por Saúl Blanco y ya lo hizo por Freeland, no está dispuesto a hacer dispendios. Pagaría dinero, pero en ningún caso más de esos 300.000 euros. Y quiere abonar menos.

Agradecido al club en el que se formó desde los 15 años, Rubio cree que se le presenta una oportunidad quizá irrepetible. Es perfectamente consciente de lo que se le ofrece. Se ha curtido y fajado en las categorías inferiores del baloncesto patrio, con cesiones en Vic (EBA), Valls (LEB Plata) o Plasencia (LEB Oro) antes de llegar a la élite y quizá por ello valora aún más que un equipo de Euroliga anhele sus servicios. Y espera que el Manresa sea comprensivo con sus ambiciones. "El Manresa sabe que quiero salir a un equipo bueno, con aspiraciones, y Unicaja me lo ofrece. El club conoce perfectamente lo que pienso, se lo he transmitido. Sabe que quiero ir a Málaga y espero que no haya problemas. Aparte, acabo contrato el año próximo y tienen la oportunidad de sacar dinero por mí", afirma Rubio, miembro de una generación de perfil humilde pero muy combativa que conquistó la medalla de plata en el Europeo sub 20 en 2002 tras caer ante la Grecia de Zisis, Spanoulis y Bourousis. Allí compartía equipo con Fran Vázquez, Jon Cortaberría, Andrés Miso, Juanjo Triguero, Roberto Guerra, Jordi Grimau o Rafa Martínez, todos ellos hoy en ACB. A Rubio le costó, pero ya encadena cinco campañas en el primer equipo manresano ininterrumpidamente.

El interés del Unicaja por sus servicios fue conocido por Guillem Rubio hace un par de semanas. Desde entonces, los acontecimientos se han sucedido y desde el club se ha hablado con el jugador y su agente, además de con el Manresa, para acelerar las gestiones. Hay otras vías abiertas (Jankunas), pero a día de hoy Rubio es la más avanzada. "Me llamó Berdi Pérez para explicarme un poco las intenciones del club, cuál sería mi papel. Me dijo que formaría parte de los pivots, que tendría oportunidad de tener minutos en la rotación y la verdad es que me ilusiona bastante ir a Málaga. Cada temporada he ido mejorando algún aspecto de mi juego y ahora lo que pretendo es competir con compañeros de mayor nivel y enfrentarme a los mejores equipos de Europa. Es el camino para progresar. En Málaga siempre tienen plantillas competitivas, me ofrece exactamente lo que yo busco. El ambiente del Carpena y la ciudad es tremendo y simplemente quiero crecer", sostiene Rubio mientras mira atónito a sus compañeros de selección y agradece que Sergio Scariolo se haya acordado de él para su primer proyecto, aunque sea como invitado. "Es un premio por el año que he hecho y a todos los años de trabajo estar aquí", remata el ala-pívot catalán, que reconoce disfrutar con la experiencia mientras espera una llamada para que su llegada a Málaga sea un hecho.