De Helenio Herrera a Pellegrini
Los partidos ante el Real Madrid despiertan en mí muchos sentimientos. Como en sus anteriores 30 visitas, espero ganar. Eso será así siempre. Más este año, el de la ilusión. Ya sé que vienen con una aureola de meter goles impresionante. Y siento mucho que no juegue Baptista, pero admiro a Pellegrini. Le veo un hombre serio. Igual que lo era uno de los protagonistas de la historia que les voy a contar, la que le da sentido al título de estas líneas: Don Helenio Herrera, gran entrenador que con nosotros no le fue bien, todo sea dicho.
Duró seis meses en Málaga y el equipo bajó a Segunda. Era la temporada 52/53. Sin embargo, en ese lapso de tiempo, dejó un partidazo que grabo en mi memoria desde sus prolegómenos. Como les conté la pasada temporada, el Málaga se concentraba en el hotel Biarritz, en Pedregalejo. Justo enfrente de mi casa. Mi amistad con Pedro Bazán, y porque el fútbol era algo mucho más familiar en aquellos tiempos, me permitía presenciar las charlas técnicas al equipo.
Lo que no les había contado son los detalles de la misma que más se impregnaron en mi memoria. Recuerdo perfectamente cómo Helenio Herrera decía a sus jugadores "pasarle todos los balones que podáis a Pedro Bazán". Especial hincapié hizo con Estruch, que debutaba ese día, y el uruguayo Rodríguez. Mientras, a mi querido Bazán le animaba a disparar cada vez que pudiera: "Pedro, usted nada más que coja el balón, chute a puerta".
No era de extrañar, porque Bazán pegaba unos chutazos de miedo. El Madrid, como siempre, tenía un gran equipo. Especialmente la línea media, con Miguel Muñoz y Zárraga, de lo mejor de esa época.
Volviendo a Herrera, para que se entienda una parte importante de su método, he de decirles que era un tío muy psicólogo. Se veía en la forma en que trataba a los jugadores y las preguntas que les hacía. Una anécdota de cuando entrenaba al Sevilla así lo refleja. Perdían 1-0 con el Bilbao. Pepillo, nuestro Pepillo, le pidió permiso para fumarse un cigarrillo en el descanso y se lo concedió. Entonces, Juan Arza, que era el interior derecha, le dijo: "Pepe, ahora, tú y yo a lo nuestro". Enrique, un tío durísimo, había sido expulsado y el Sevilla jugaba con 10. Arza y Pepillo, en plancha de cabeza, remontaron.
Como les decía, la forma que tenía de tratar a los jugadores funcionaba. Así fue ese 15 de marzo de 1953. Bazán marcó dos goles, al igual que Rodríguez, a los que se sumaron dos en propia meta. El Málaga goleó al Madrid. No espero un 6-0, pero con un 3-2 me conformo. Así siguen con su racha de goles y yo con mi admiración a Pellegrini.
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