Hito para la historia, la triple corona

España logra lo que ninguna selección de fútbol consiguió jamás, concatenar dos Eurocopas y un Mundial demostrando su hegemonía en el deporte rey · Iguala a Alemania con tres títulos europeos

La selección española al completo, incluidos técnicos y federativos, posa con el trofeo logrado tras superar a Italia por 4-0.
La selección española al completo, incluidos técnicos y federativos, posa con el trofeo logrado tras superar a Italia por 4-0.
Eduardo Florido

02 de julio 2012 - 05:02

España ya es leyenda viva del fútbol. El deporte rey, tan arraigado en un país pasional, le había dado la espalda hasta 2008, cuando logró la segunda Eurocopa desde la conseguida en el lejano año de 1964, y ayer le dio un nuevo refrendo con un hito para la historia, porque ninguna selección había logrado antes la denominada triple corona. La selección nacional logró concatenar dos Eurocopas y un Mundial, dándole así forma a la hegemonía que ejerce en el fútbol. Además, España igualó en Kiev a Alemania para coliderar el palmarés del título continental de selecciones, al sumar su tercer entorchado. Precisamente, Alemania fue la única que había disputado tres finales seguidas: ganó la Eurocopa 72 y el Mundial 74 pero cayó en la Eurocopa 76 ante Checoslovaquia con el famoso penalti de Panenka. Así, en una borrachera de títulos que le dan lustre a un fútbol exquisito, la selección se ha subido a la cima más alta después de tantos años de sinsabores y frustraciones que no se correspondían con la realidad balompédica del país.

Vicente del Bosque ha sabido soportar la presión de los sectores críticos de la afición y la prensa, una realidad que siempre acompañó al fútbol nacional, para imponer su criterio con sabiduría y temple. No escuchó ecos distorsionadores y volvió a imponer su criterio como en el Mundial, cuando supo darle continuidad, sin afán de protagonismo, al trabajo que abrió Luis Aragonés con aquel título en Viena que terminó con la sequía de 44 años sin gozos tras el primer entorchado, el logrado en el Santiago Bernabéu ante la URSS (2-1), con un gol de Pereda y el otro tan cantado de Marcelino.

El histórico logro llegó con una goleada sobre una potencia como Italia, que había frustrado a España más de una vez. El fantasma de la bestia negra quedó fulminado a los 41 minutos, cuando Jordi Alba hizo el 2-0 a pase de Xavi tras el también soberbio 1-0 que nació en Iniesta, pasó por Cesc y certificó Silva. Terminó en goleada, la mayor en una final de este torneo, fraguada sobre la exquisitez y el talento de jugadores que ya han marcado una época, bajo la batuta de un nunca exageradamente ponderado Xavi y con un equipo que borda el fútbol al son de Iniesta, Xabi Alonso, Cesc, Silva o Busquets y en el que hasta defensas como Piqué, Sergio Ramos o Jordi Alba, gran revelación del torneo, participan en la sinfonía hispana.

Con el título de Kiev, con el que a su vez supera en el palmarés europeo a Francia, la selección española le da continuidad a un modo de ver el deporte rey que encandila incluso a los aficionados rivales. España le ha dado el mayor lustre a un estilo propio que gusta allende sus fronteras.

Muy atrás quedó aquella frustración en la segunda final jugada por España, la que perdió en Francia en 1984. En Viena rompió la barrera infranqueable de los cuartos de final para ganar el título ante Alemania (1-0, Torres) previo al capítulo glorioso del Mundial ganado a Holanda (1-0, Iniesta).

Desde aquella final perdida por 2-0 en el Parque de los Príncipes, el combinado nacional había iniciado una serie de fiascos en los cuartos, como en Inglaterra 1996, en los penaltis a manos de los anfitriones, y en Holanda y Bélgica 2000, al caer de nuevo ante Francia. O incluso con eliminaciones en la fase de grupos (1988 y 2004), aunque el peor momento fue en 1992, cita para la que ni siquiera consiguió la clasificación.

España fraguó el triunfo sobre el dominio del balón y también sobre la seguridad defensiva. Sólo ha encajado un gol, el que le marcó el italiano Di Natale en el partido que abrió la fase de grupos. Luego goleó a Irlanda (4-0) y posteriormente se clasificó con cierto sufrimiento ante Croacia (1-0). Pero las dudas de la fase previa quedaron borradas de un plumazo con un soberbio triunfo sobre Francia en los cuartos (2-0). Portugal fue la siguiente víctima pese a su enconada resistencia en las semifinales. Como en los cuartos ante Italia en 2008, España necesitó los penaltis tras empatar en la prórroga a cero. Y ayer dio rúbrica a su legendario ciclo con un triunfo incontestable. Ahora, espera el Mundial de Brasil.

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