Málaga e Isco: el idilio sigue intacto
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La Rosaleda casi en pleno recibió al jugador blanco con vítores y se puso de pie para despedirle El de Benalmádena, a pesar de que tuvo el 0-2 en sus botas, firmó un encuentro muy discreto
Hace un par de años La Rosaleda se enamoró de Isco. El partido de ayer confirmó que gran parte de la afición del Málaga no está dispuesta a dejar de querer al pequeño genio de Benalmádena aunque vista otra camiseta y defienda otro escudo. Fue el más aclamado en la llegada del Madrid al hotel y recibió vítores y aplausos de toda clase durante el desarrollo del encuentro. El futbolista blanco respondió con un partido gris, muy alejado de lo que su fútbol puede llegar a ofrecer. El idilio entre el malaguismo e Isco, en cualquier caso, sigue intacto.
La Rosaleda respondió con pitos cada vez que la megafonía nombraba a algún jugador del Madrid. Ocurrió lo contrario con Isco, aplaudido con ganas en los prolegómenos. El homenaje tuvo continuidad con el choque ya empezado. Más aplausos para el mediapunta cuando se dispuso a lanzar un córner. Corría el minuto 6. A partir de entonces, el estadio casi en pleno, pues había bastante madridista en Tribuna, se dedicó a alentar a los jugadores blanquiazules. Isco, por su parte, firmó un papel discreto, quizá su peor partido desde que en verano fichara por la entidad blanca por unos 30 millones de euros.
La acción más destacada de Isco tuvo lugar en la segunda parte. Di María le dejó solo en la frontal y su disparo se marchó ligeramente alto. Tiró como tantas veces hizo en el Málaga, con ese escorzo tan característico. Su disparo cruzado no encontró la escuadra porque Willy Caballero le hizo dudar un segundo antes con su salida. Si hay alguien que conoce los pocos defectos de Isco es el guardameta argentino. Parte de la grada reaccionó con gritos de "¡Isco, Isco!".
Isco fue el futbolista del Madrid que menos balón tocó. Modric y Xabi Alonso llevaron la voz cantante en la creación. En el gol de Cristiano se desmarcó a la izquierda del luso, pero éste prefirió jugársela por su cuenta. Le salió perfectamente porque Willy no pudo taponar su tiro. El jugador malagueño inició alguna contra, pero sin éxito.
En el minuto 62 le tocó salir del campo. Ancelotti dio entrada a Jesé por Isco. La Rosaleda se puso de pie para despedir al que no hace tanto fuera su niño bonito, que desfilaba hacia el banquillo con cara seria, seguramente por su mal partido. La afición mostró su cariño en forma de aplausos e Isco lo agradeció con gestos hacia la grada. El técnico italiano le animó tocándole la cabeza e Isco se sentó.
Isco no fue el único protagonista. Martiricos exhibió el ambiente de las grandes citas. También hubo homenaje para algunos de los héroes del 6-2 al Madrid, gesta que cumple 30 años. Popo, Brescia, José, Canillas, Fernando y Juan Carlos recibieron honores en el césped. Con ambos equipos ya preparados para jugar, La Rosaleda mostró un precioso mosaico. La iniciativa del club tuvo éxito. El 0-1 fue lo único que no acompañó.
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