El Málaga ya muestra sus primeros brotes verdes

Dos victorias en tres partidos, dos de ellas en casa, dan carga moral a la plantilla Tighadouini y Pablo Fornals enriquecen el fútbol combinativo y el cuerpo técnico recoge buenos frutos del trabajo

Javi Gracia reconoce una buena acción de uno de sus futbolistas durante el choque contra el Deportivo.
Javi Gracia reconoce una buena acción de uno de sus futbolistas durante el choque contra el Deportivo.
José L. Malo Málaga

26 de octubre 2015 - 05:02

La victoria contra el Deportivo estaba subrayada en rojo en la agenda de Javi Gracia. Por varios motivos. Primero, había que conseguir la para tomar impulso con respecto a la zona de descenso. El peligro todavía está muy cercano, a tres puntos de distancia, pero permite enfocar la situación con menos carga mental, más liberados de tensión. Además, el técnico navarro sabe que no es lo mismo pensar que se le ganó al conjunto gallego de manera aislada que verlo desde otro prisma: como el segundo triunfo en tres encuentros o el segundo consecutivo en casa. Es un prisma más positivo para enfocar la situación. Asoman brotes verdes para un equipo que empieza a luchar contra sus complejos, sobre todo anotadores. Poco a poco, pero ya saliendo de la tormenta.

En ello tiene que ver la presencia de nuevos protagonistas. Tras nueve jornadas, Javi Gracia no ha podido repetir once. En gran parte condicionado por las múltiples lesiones que han ido a afectando hasta a once jugadores diferentes. Con respecto a lo que a él le compete, se ha mostrado bastante inmovilista en alineaciones y cambios, especialmente en lo relativo a las nuevas incorporaciones. No hay más que comprobar que ayer hizo su debut oficial Fabio Espinho, al que hasta entonces incluso le estaba bastante trabajo entrar en las convocatorias. Con sus decisiones, el técnico ha dejado claro que no es un santo de su devoción, a pesar de que su rol de jugador creativo es una de las grandes carencias que se están viendo en la plantilla.

No obstante, los focos se los llevó ayer Tighadouini, quien en las últimas jornadas empieza a disfrutar de mayor continuidad pese a que tuvo que esperar a los minutos finales del encuentro contra el Eibar en la tercera jornada para debutar. Titular en el Bernabéu, donde dejó muy buenas sensaciones, desde entonces entró como revulsivo ante Real Sociedad y Valencia. De nuevo aportando cosas diferentes en el ataque, terminó de echar abajo las reticencias del técnico con él (defensivas y tácticas) siendo de la partida contra el Deportivo, marcando el tanto que abrió el electrónico y demostrando más ideas y actitud que nadie en la delantera. La ubicación como falso segundo delantero parece ser la tesitura perfecta para que Gracia pueda tirar de él sin que tampoco se noten tanto sus lagunas a la hora de echar una mano hacia atrás.

A falta de Amrabat, al que todavía le queda en torno a un mes de convalecencia, es el jugador más parecido que tiene en la plantilla. Se está mostrando descarado y ha estado presente en la mayoría de los mejores momentos ofensivos del equipo, de manera casi abrumadora en los encuentros disputados en La Rosaleda. Viendo su rendimiento, al menos mientras Amrabat esté de baja tendrá asegurada su presencia en lo encuentros venideros.

En términos similares se puede hablar de la presencia de Pablo Fornals. Desde que jugó su primer encuentro en la élite, en Chamartín, ha ido fluctuando entre el banquillo y en el once inicial, aunque no ha dejado de contar para el entrenador. No ha tenido momentos malos en este tiempo, al contrario, su juego es una brisa de aire fresco que está ayudando a solucionar los problemas del juego combinativo. Es más, en la mayoría de encuentros le ha tocado entrar desde el banquillo en circunstancias complicadas, y aun así ha respondido a la perfección y mostrando mucha personalidad. La recuperación de Recio y Tissone en el último partido hizo que volviera al banquillo, aunque el preparador pamplonés lo tiene muy en consideración para los partidos que vienen.

Ya la temporada pasada le costó bastante trabajo a Javi Gracia hacer carburar al equipo. Hasta la séptima jornada no comenzaron a verse los frutos de su trabajo. Eso sí, entonces comenzó una secuencia que ni soñada: cinco triunfos enlazados (Granada, Córdoba, Rayo, Real Sociedad y Eibar) que permitieron vivir una campaña plácida. Los resultados que maneja el cuerpo técnico del trabajo que se hace semanalmente y los de los rendimientos de los jugadores les llevan a entender que están trabajando por el buen camino y que antes o después tiene que cristalizar en marcadores positivos. De ahí las optimistas declaraciones de ayer del técnico, que sabe que a poco que su plantel agarre un poco de confianza están llamados a dar un paso adelante en cuanto a rendimiento. Obviamente, a medida que los lesionados vayan aumentando la competitividad y devolviendo calidad al equipo se hará más fácil seguir escalando posiciones en la clasificación.

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