Patinaje sobre ruedas

Natalia Baldizzone, una joven promesa del patinaje sobre rueda desde los 15 meses

Natalia Baldizzone posa sonriente. Natalia Baldizzone posa sonriente.

Natalia Baldizzone posa sonriente. / Javier Albiñana

Escrito por

Juli Torres

2007, ahí comienza esta historia repleta de éxitos hasta el 2022. Natalia Baldizzone debutaba en su primer campeonato de España de patines sobre ruedas en la modalidad de parejas. Desde entonces la fuengiroleña de 22 años se proclamó cuatro veces campeona de Europa consecutivas (2018, 2019, 2020 no hubo por pandemia, 2021 y 2022), dos veces campeona del Mundo (junior 2018 y absoluto 2021). Ahora está a un mes y diez días de viajar a Argentina para intentar revalidar su corona mundial, aunque la joven promesa malagueña no se pone objetivos: "Yo no prometo nada, voy a ir a hacerlo lo mejor posible. Si hay otra mejor persona pues ya está. Si soy la mejor, soy la mejor".

Dice el dicho que los niños vienen con un pan bajo el brazo, sin embargo, Natalia llegó con unos patines sobre ruedas. Tal es el amor de su madre por este deporte que a los 15 meses ya los tenía puestos para empezar a dar sus primeras patinadas. Sorprende que su madre sea su entrenadora, pero quién mejor para guiarla. Eso sí la fuengiroleña admite que la adolescencia fue una etapa complicada: "Ahora muy bien porque realmente tenemos las dos un mismo objetivo y trabajamos para ello. En un momento de la adolescencia un poquito peor, pero como todos, siempre el momento de los 16 o 17 años no estamos de acuerdo con los padres porque nunca tienen razón y tal, pero siempre me ha apoyado mucho, así que le estoy muy agradecida".

Natalia está viviendo un sueño, una burbuja de felicidad de donde no quiere regresar, porque ahora todo es maravilloso. A pesar de su juventud la patinadora tiene las ideas muy claras y sobre todo no pierde la sonrisa ante nada, de fondo se escucha a su madre decir que es "una chica muy humilde que no se le ha subido a la cabeza", mientras su hija confirma que así es ella: "Soy muy humilde, voy a lo mío. Soy como una hormiguita, voy construyendo, haciendo mis cositas y se va viendo el resultado de mi esfuerzo, no me gusta llamar la atención. Voy y trabajo centrada en lo que tengo que hacer". Un mensaje claro de una ganadora de los pies a la cabeza.

Natalia Baldizzone recibe una biznaga de Francis Salado. Natalia Baldizzone recibe una biznaga de Francis Salado.

Natalia Baldizzone recibe una biznaga de Francis Salado. / Javier Albiñana

"Ahora mismo estoy bastante tranquila porque queda un mes y 10 días, voy como con calma. Debo mantener la curva del cuerpo y tal porque no puedes estar al 100% tanto tiempo. Tiene que haber una curva de relajación y luego volver a subir", explica antes de afrontar el reto de revalidar su corona mundial y admite que está "muy emocionada por poder volver a viajar tan lejos. El año pasado fue la primera vez que viajaba fuera de Europa. Tengo mucha ilusión y ganas de poder participar en ese campeonato y a ser posible volver a revalidar el título".

No será una tarea sencilla y Natalia conoce la complejidad, aunque agradece que su madre le acompañe desde la pista y no desde la grada, porque a veces le toca hacer la función de psicóloga. "Dentro de pista se nota la presión que hay desde el público hacia ti, o sea la expectativa que tiene la gente hacia ti. Creo que eso es lo que realmente me afecta, el que haya ganado o no es como todo. Podemos estar un día arriba y otro abajo, yo voy a intentar estar arriba, quizás no en el primero, pero sí segunda o tercera, por ahí", expresa la fuengiroleña su sensación cuando salta al parqué para competir.

La joven de 22 años confiesa que la exigencia de realizar un buen papel está presente: "La verdad que se lleva, se va manteniendo" y reconoce que no tiene manías antes de saltar a darlo todo, aunque si compite siempre con un objeto: "Tengo un amuleto de la suerte que siempre llevo conmigo y si alguien lo toca lo lavo y me lo vuelvo a poner".

Natalia viajará a Argentina tras recibir una doble sorpresa, ya que la Diputación de Málaga reconoció su gran rendimiento haciéndole entrega de una Biznaga y, además, el Málaga CF le ha ofrecido formar parte de su museo en el rincón de las estrellas con algún obsequio suyo. "Me ha hecho un montón de ilusión venir aquí y que me reciba el presidente, la verdad que es todo un honor poder venir aquí y que cuenten y se sepa de mí, que me reconozcan realmente todo mi trabajo que hago", declaró la protagonista tras conocer a Francisco Salado, Presidente de la Diputación de Málaga, y también añadió que es "me ha hecho mucha ilusión poder conocer a sus dirigentes", sobre la noticia de formar parte en las vitrinas del museo de Martiricos.

La patinadora aprovechó la ocasión para dirigirse a los jóvenes de su modalidad que están comenzando: "Que persigan sus sueños, disfruten de lo que hacen, vengan a patinar y disfruten de la experiencia, la música y la pasión que se puede llegar a tener hacia este deporte tan bonito" y desvela que el número de apasionados por este deporte es mayor del que se piensa, un deporte desconocido y así lo refleja la siguiente anécdota: "Normalmente preguntan si patinas sobre hielo y tú dices no, es sobre ruedas. ¿Podría ser patinadora sobre hielo? Sí, pero dónde entreno... tendría que mudarme a Madrid y tal, yo tengo aquí las instalaciones de Fuengirola que son perfectas para poder entrenar mi deporte sobre ruedas".

Natalia Baldizzone, en la entrevista. Natalia Baldizzone, en la entrevista.

Natalia Baldizzone, en la entrevista. / Javier Albiñana

Aunque sí es cierto que a veces se traslada a Sierra Nevada para conseguir una mejor preparación: "Ofrece altura y fondo físico. Allí entrenas una semana y al estar tan alto la condición física se ve mermada, o sea yo aquí puedo aguantar cinco discos (programas de competición) y subir allí y aguantarte uno y a duras penas, cuando te adaptas no hay quien te pare, estás en una mejor condición física". No olvida cuál es su ciudad natal, esa que siempre le apoya en todo: "No tengo ningún tipo de queja con Fuengirola porque están para mí 100% si necesito instalaciones o cualquier cosa, están ahí para apoyarme. De hecho, vengo de entrenar porque lo hago por la mañana, cuando mi club lo hace por la tarde, entonces ellos apuestan porque pueda estar todo el rato entrenando y poder prepararme correctamente para la competición".

Natalia echa la mirada atrás y su felicidad no puede ser mayor al recordar cuando el teléfono de la selección española sonó por primera vez con sólo 11 años: "Fue en pareja porque todavía era muy pequeña y no tenía la edad para competir a nivel europeo y mundial hasta 2018, pero mi compañero es más grande que yo y a partir de ahí podía competir. La verdad que se recuerda con mucha ilusión y mucha emoción poder disfrutar de esa experiencia y que la federación cuente contigo para poder participar pues no somos tantos. Por ejemplo ahora en el Campeonato del Mundo en principio son sólo 13 deportistas, son muy pocos para toda la selección española que somos, hay mucha gente que se va a quedar fuera. Entonces te sientes realmente orgulloso y realizado porque te llamen a ti". 

En ese momento es inevitable que recuerde cuántas horas dedica para estar en la cima. "De patines más la hora de flexibilidad, preparación física, coreografía y demás, aunque depende del momento de la temporada", dice, al tiempo que recuerda sobre todo cómo fue compaginarlo con los estudios desde chica: "Cuando era más pequeña era más complicado, toda la mañana en el colegio, luego ir a entrenar, hacer los deberes y demás. Yo por ejemplo estudié en el colegio Salliver y siempre me han apoyado bastante en el tema del deporte y ahora en la Universidad de Málaga súper bien porque soy estudiante a tiempo parcial y no debo cumplir número de horas asistidas, que realmente es más complicado".

Esta joven patinadora de Fuengirola comenzó su andadura en las tres modalidades del patinaje sobre ruedas: "estilo libre, danza y por parejas", aunque se tuvo que decantar por una: "Llegó un punto que tenía que elegir una y me veía que podía avanzar más en la parte de danza". Esta consiste "en patinar sola siguiendo el ritmo de la música, interpretándola, tenemos unos elementos obligatorios pero nosotros no saltamos ni hacemos piruetas; eso es la modalidad de estilo libre". Aunque en la modalidad de Natalia es bastante complejo "compaginar todos los pasos con la música y la interpretación, todo junto. La parte técnica que haces con los pies de giros y demás no puedes levantar la rueda ni dada, deben estar todas las ruedas pegadas al suelo y luego tener que unirlo con la parte artística de estar moviéndote todo el rato. Moviendo la cara e interpretando la música que estás escuchando, creo que esa es la parte más complicada dentro de mi disciplina".

La representante del Club de Patinaje Tejares reconoce con una sonrisa pícara que su club es el más fuerte y recuerda que ella entrena en el pabellón Juanito de Fuengirola, aunque hay más equipos en Málaga: "También se puede practicar en el pabellón de Carranque y el Blas Infante de Alhaurín de la Torre, o sea que hay un montón de pabellones de parqué que se pueden utilizar para buenas competiciones e importantes", por eso deja claro que en su modalidad "Málaga está arriba y a nivel andaluz los clubes fuertes están aquí en Málaga".

Por último, presagia un futuro dorado para el patinaje sobre ruedas: "Ahora mismo España está en un pico creciente impresionante, estamos cumpliendo récords cada año de medallas y demás. El año pasado obtuvimos cuatro oros en el campeonato del mundo, tres de absoluto y una en junior, tres plata y una de bronce o algo así. Impresionante la cantidad de medallas que se están consiguiendo. En el europeo creo que fueron como 12 medallas de oro, que realmente no hay tantas categorías ni modalidades". 

Después de haber vivido uno de sus momentos más duros de su carrera, "la pandemia fue un momento bastante crítico porque realmente te planteas muchas perspectivas, el estar encerrado, el no poder entrenar justo cuando comenzaba mi temporada... fue bastante duro y el volver a arrancar y ponerte en forma la verdad que fue duro pero todo es un proceso y nos hace más fuerte", dice Natalia, que confía en llegar con las pilas cargadas y estar al 100% para volver a coronarse mundialmente por segundo año consecutivo.

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