La selección española necesita imperiosamente una victoria ante la Alemania de Dirk Nowitzki (14:30, La Sexta), tanto para recuperar la moral perdida tras la dolorosa derrota del pasado lunes ante Turquía, como para continuar con vida en el Eurobásket de Lituania, porque en esta segunda fase cualquier derrota es casi definitiva.
Decir que Alemania se reduce a Nowitzki y once jugadores más sería tan falso como injusto, porque el vigente campeón de la NBA con los Dallas Mavericks, un grandísimo jugador, todo hay que decirlo, no puede ganar él solo los encuentros.
Alemania tiene altura para regalar, con hasta seis jugadores con 209 centímetros o más. Sus lanzadores de larga distancia son de los más acertados del campeonato; de hecho son los segundos tras Lituania en porcentaje de lanzamiento de tres puntos con un 41,1% (39/95).
Casi la única diferencia importante que hay entre ambas selecciones es en balones recuperados: España es segunda en el campeonato con 7,8 de media, mientras que el cuadro germano ocupa el vigesimosegundo lugar con 3,6 por partido.
Si ante Lituania la selección española maravilló con su juego rápido y dinámico, ante Turquía bajó a los infiernos. Se puede aducir que Pau Gasol no jugó por lesión, y en prevención de males mayores en adelante, pero aun así es difícil explicar cómo un equipo puede jugar como los ángeles y 20 horas después no acordarse de casi nada de lo mostrado sobre el parqué.
Además de la importancia de Pau como faro y guía del equipo, el conjunto español también es adicto a Juan Carlos Navarro y a sus triples. Si el capitán los mete en momentos determinados, el resto del equipo se relaja y deja que fluya el juego. En caso contrario, aumenta la tensión y todo parece más complicado.
Pau afirmó ayer en su espacio en una red social que estará "listo para el miércoles". Si es así, un problema menos.
La selección de Scariolo quizá no pueda jugar habitualmente como lo hizo ante Lituania, pero tampoco como ante Turquía. En el equipo hay ciertas ganas de sacarse la espina, y es que anotar sólo dos puntos en el último cuarto es algo que escuece.
Los jugadores, además, son conscientes de que Alemania puede ser el rival menos complicado de esta segunda fase y de hecho es el último y único que llega sin victorias y con dos derrotas. Serbia (1-1) y Francia (2-0), serán los siguientes partidos, el viernes ante el cuadro balcánico (14:30) y el domingo ante los galos (17:00).
Y una última consideración. Una derrota, sin ser excluyente de forma directa, casi lo sería en la práctica. Apenas hay margen de maniobra y Alemania puede ser uno de los jueces de la segunda fase, por eso España quiere salvar el obstáculo de Nowitzki y volver a pensar en positivo.
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