De Pekín a La Rosaleda

Si de algo puede presumir el Málaga es de contar con un cuerpo médico de lujo. De hecho, tanto el fisioterapeuta Fernando Lacomba como el masajista Marcelino Torrontegui se incorporaron ayer al trabajo en La Rosaleda tras su experiencia en los Juegos Olímpicos. "Un trabajo único", como se encargan de repetir, les ha servido para ser testigos de parte de los éxitos logrados por el deporte español en Pekín. Torrontegui afrontaba sus quintos Juegos de forma consecutiva y fue el encargado de mimar las piernas de Samuel Sánchez, Joan Llaneras y Leire Olaberría, los tres ciclistas que lograron las tres medallas del ciclismo español. Lacomba, por su parte, podrá presumir de haber tratado a los jugadores que llevaron al baloncesto nacional a su momento de mayor esplendor desde los Juegos de Los Angeles.

A pesar de ello, tanto el masajista como el fisioterapeuta huyen de los focos y minimizan la importancia de su labor: "Los artistas son ellos y los que hacen el trabajo son los atletas", asegura Torron, que ha ganado 13 medallas en las últimas cinco citas. Para él, los momentos más emotivos fueron los oros de Samuel Sánchez y de Llaneras y el bronce logrado por el equipo de balonmano -"el grupo más comprometido"-. Lacomba se queda con la imagen de las estrellas de la NBA, como James o Bryan, mirando casi asombrados el marcador cuando sólo faltaba un minuto y medio para la conclusión del partido y veían cómo España estaba a sólo cuatro puntos: "Fue algo anecdótico, pero muy especial".

Los dos reconocen que han ganado adeptos para la causa malaguista y que ahora, tras la resaca y el jet lag de los Juegos, lo más importante es que el Málaga logre un resultado positivo en el Calderón.