EDITORIAL
Toda preparación es poca ante los temporales
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Si el pasado viernes tomaron la palabra el director general, Vicente Casado, y el director deportivo, Mario Husillos, la tercera pata de la mesa, Manuel Pellegrini, retomó el testigo ayer. El chileno valoró la venta de Monreal, la que sigue asentando al Málaga en un proyecto mucho más moderado y que tiene más ojos en las arcas que en el césped. "Su salida es lamentable para el equipo. Nos priva de un jugador muy importante y con un rendimiento muy alto. La realidad del club es la que existe y no hay posibilidad de esconderla. Se presentó la circunstancia en el último momento y hubo que hacerlo. Entiendo que hay que equilibrar la parte económica, pero nos perjudica mucho deportivamente", comentó el chileno con elocuencia.
Contundente pero lacónico, una vez más. Ya no volvió a tocar más el tema. El Ingeniero se limitó a comentar el intercambio de fichajes y salidas, que se cerró con un total de ocho movimientos, tantas bajas como incorporaciones. "Tuvimos la llegada de Lugano y de Lucas, que necesitábamos en esos puestos. Tras la salida de Nacho vino la traída de Antunes y Pedro Morales, que ha sido una integración final tras la salida de Diego Buonanotte", indicó.
Aunque igualmente se podría añadir a esa nómina a Julio Baptista. Su inclusión en la convocatoria contra el Zaragoza queda pendiente de un último trámite, que no sea él el descartado de última hora que tiene que hacer el entrenador blanquiazul. No dio muchas pistas acerca de la suerte que correrá hoy el brasileño, acerca de si puede disputar sus primeros minutos de la temporada: "El momento en que un jugador entra en la convocatoria es que está en condiciones de jugar. Para convivencia puede ir a comer o cenar al hotel, pero si está en la lista es porque está en condiciones de jugar. Baptista es una incorporación muy importante para el equipo, es un jugador que ha tenido la desgracia de una lesión muy larga y ahora esperemos que este totalmente recuperado y se vaya poniendo a punto a medida que vaya jugando".
Manuel Pellegrini tampoco le otorgó mucha trascendencia al hecho de tener que cambiar el chip y los hábitos de cada jornada por disputar este encuentro al mediodía. "Es difícil adaptarse. Es un horario especial y no hay muchas opciones más. Nos tocó y vamos a tener que acostumbrarnos", reseñó.
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