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Liga endesa

Poderío recobrado (83-64)

  • Un Unicaja más intenso y decidido corta la racha de cinco derrotas y somete con autoridad a un Baskonia empobrecido. Kuzminskas-Stimac-Granger, tridente sólido.

El Unicaja le hizo un torniquete a su sangría de derrotas, cinco seguidas, y organizó un nutritivo y revitalizante festín ante el Baskonia (83-64). Siempre apetece a la parroquia cajista darle duro a la durante muchas temporadas bestia negra y habitual vara de medir. Por primera vez en años el Unicaja está por encima de los vitorianos con solvencia en la ACB, se ha unido una subida propia y una caída ajena. Tanto, que con el triunfo de ayer pone de por medio tres triunfos más el average (se perdió por siete en la ida) con el equipo de Scariolo, que comparte balance con Joventut y Cajasol (13-12). Digamos que existe una valla con respecto al séptimo lugar y que el suelo lógico del equipo de Plaza al final de la fase regular es el sexto puesto. Aunque ahora es cuarto. Mirando en clave Euroliga es muy buena esa primacía respecto al Baskonia tras años de mirarle la matrícula.

Pero el análisis más a medio o largo plazo es sobrepasado por la urgencia que implicaba ganar un partido para cortar una racha que ya tenía color oscuro por más que la gran mayoría de las derrotas, todas salvo la del Joventut, fueran comprensibles por la envergadura de los rivales. Pero no hay nada peor que el hábito de la derrota para un equipo, sobre todo en un momento de la temporada tan capital, en el que se deciden tantas cosas. Aunque sea ante rivales mejores.

En el balance del partido se observan muchos picos. Desde el rendimiento de Kuzminskas, por ejemplo. Cada vez le pone más números el lituano a lo que transmite cuando se le ve jugar. La labor de Stimac, la solidez de Suárez, los atributos de Granger para superar el dolor... Y unos niveles de intensidad que en las últimas semanas parecían perdidos. Surge aquí una duda y es qué grado de importancia tiene el nivel de los rivales, más allá de la racha de lesiones, para que las bazas del equipo de Plaza se impongan. El nivel Euroliga es lo que tiene, que no hay nada más exigente. Lo puede decir el propio Baskonia.

El equipo de Scariolo comenzó hurgando en las vergüenzas defensivas de Ryan Toolson, incapaz de detener a Causeur. Ocho de los 10 primeros puntos vascos llevaron la firma del zurdo francés, que ya ha realizado más de un buen partido ante el Unicaja. Es preocupante lo del estadounidense, cuyas acciones cotizan cada día más bajas. Pero el Unicaja rápidamente cogió aire. Fran realizó sus dos clásicas faltas rápidas para ir al banquillo, aunque esta vez tenía la coartada de que enfrente estaba uno de los pivots más determinantas, si no el que más de la ACB, Tibor Pleiss. Cerraba bien al alemán todo el equipo y desactivar al gigante de Bergisch Gladbach es una clave esencial para desconectar al Baskonia.

Podía correr el cuadro malagueño y de ello se beneficiaban Dragic y Granger. Con unas gotas de Urtasun, a buen nivel otra vez, y el poderío de Stimac el Unicaja abría una interesante gruta por la que escapar ante un Baskonia en el que sólo sumaba Causeur (22-14).

Un brutal mate de Kuzminskas, esta vez sí contundente, permitía llegar a los 10 puntos de renta y ahí se manejaba el Unicaja con cierta solidez. Caner-Medley seguía en el banco sin reaparecer y Suárez y Sabonis hacían la rotación en el puesto de cuatro. El Unicaja volaba, mandaba por 14 puntos (37-23) y Dragic tuvo un contragolpe que intentó culminar con un mate que se salió por la intimidación de un Hamilton al que le faltan muchos partidos para ser el jugador que solía ser. Y ahí tomó aire el Baskonia para responder con un parcial de 2-8 que dejaba el partido con margen de maniobra al descanso (39-31).

El encuentro entró en una dinámica de ataques rápidos y errores. Normalmente estas cicunstancias suelen favorecer al equipo que marcha por detrás en el marcador, que necesita que pasen cosas para alterar el guión escrito hasta entonces. En algún momento pareció que Heurtel podía entrar en combustión y meter plenamente al equipo de Scariolo. Pero ayer había en la pista un equipo con mucho apetito, con bastante necesidad de victoria, clasificatoria y anímica, que no estaba dispuesto a dejarla escapar bajo ningún concepto. Cuando el base francés amenazaba con filigranas, un parcial de 10-0 liderado por Calloway dejaba las cosas bastante nítidas al final del tercer cuarto (61-44). Defensivamente rompió el partido el Unicaja, con unos números anotadores en contragolpes poco vistos en los últimos encuentros, cuando costaba arrancar la moto.

Incluso daba tiempo a contemplar de nuevo en pista a Caner-Medley, tras varias semanas de sí pero no. Para la batalla del jueves en el OAKA es capital. Y para el resto de la temporada, lógicamente. Mediado el tercer cuarto se podía observar al de Massachusetts, cabeza rasurada en su vuelta, por la pista. Sólo fue una pequeña pincelada, ocho minutos, a ver cómo digiere su rodilla el esfuerzo.

El cuarto final comenzó con una explosión de Kuzminskas, con ocho puntos consecutivos, para sentenciar el partido (69-47). Le lleva con las riendas Plaza y seguro que será diferencial. De ahí al final, paseo de muestrarios, probaturas y fondo de banquillo. El Unicaja acabó otra vez con Sabonis y Maodo en pista. Ni siquiera peligró el average particular con el Baskonia. Los tres triunfos más la ventaja en los duelos directos es un gran colchón. Lo mejor es la reactivación, la recuperación de efectivos y la dosis de confianza para soñar en Atenas. Todo es posible.

Ficha técnica

83 - Unicaja (22+17+22+22): Granger (12), Dragic (9), Suárez (2), Toolson (6), Vázquez (8) -cinco inicial-, Sabonis (4), Caner-Medley (-), Stimac (11), Calloway (8), Kuzminskas (14), Nguirane (-) y Urtasun (9).

64 - Laboral Kutxa Vitoria (14+17+13+20): Heurtel (10), Causeur (17), San Emeterio (14), Mainoldi (-), Pleiss (8) -cinco inicial-, Nocioni (5), Hamilton (2), Poeta (-), Diop (2), Hanga (3) y Jelinek (3).

Árbitros: Pérez Pizarro, Peruga y Oyón. Eliminaron por cinco faltas personales al local Fran Vázquez, (m.37).

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo quinta jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante unos seis mil espectadores.

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