Propósito de enmienda (85-58)

Unicaja - Manresa

El Unicaja resuelve en 20 minutos ante el Manresa y conquista una victoria que le deja en zona Copa a cuatro jornadas Exhibición de Smith (23 puntos con sólo un fallo en tiro)

28 de diciembre 2015 - 05:02

Los platos rotos del vestuario de Las Palmas los pagó el ICL Manresa. Resulta inexplicable que el muy meritorio equipo manresano marchara hasta ayer por delante del Unicaja en la clasificación. Pero así era. Puede argüirse que el mejor jugador manresano, Dejan Musli, no pudo comparecer por una gastroenteritis. Pero aun con el pívot serbio la historia no hubiera cambiado demasiado. Porque ante estos rivales de zona media baja de la tabla la responsabilidad está en el Unicaja. De él depende, de su motivación e intensidad, apilar victorias o jugar con fuego. A punto de quemarse el billete a La Coruña, reaccionaron los hombres de Plaza para aplastar a los catalanes (85-58).

Cabe preguntarse por qué estos vaivenes y estos picos arrebatadores. Sólo se podrá proclamar una mejoría cuando se encadenen varias actuaciones así de solventes, cuando no se produzcan dimisiones escandalosas como la de Las Palmas. Se perderán partidos, claro, porque el calendario que se avecina es muy duro. Pero el Unicaja tiene la obligación de ser él el que condicione el encuentro en la gran mayoría de sus partidos. Su potencial es muy alto, más que el de temporadas anteriores. Pero su fiabilidad dista de, por ejemplo, las últimas dos. En ese proceso de construcción hay tentaciones de cambio. Nedovic, por ejemplo, pierde dos balones sin tensión y continúa con un triple y una cósmica transición con sus piernas de NBA para cerrar el primer tiempo (48-24). El serbio quizá personifique mejor que nadie los extremos de este Unicaja que parece más de octubre que de finales de diciembre. Se empiezan a jugar cosas muy serias. Si este es el nivel, el de ayer, hay tiempo para lo que sea. Pero todos los rivales no serán el Manresa. Ni llegarán tras una paliza como la recibida en Las Palmas que condiciona la mentalización para el partido. Quizá por eso Alberto Díaz fue el base titular, para que las pilas estuvieran puestas desde el minuto 1. El pelirrojo disfrutó de su primera titularidad y marcó el nivel defensivo que el equipo necesitaba.

El nombre propio fue Jamar Smith, otro de los cuestionados. Metió 18 puntos en el primer tiempo sin fallo (3/3 en tiros de dos y 4/4 en triples). Imparable, tras bote o en el catch and shoot (coger y tirar). Parecía imposible que fallara. Sí chirría que su exhibición se produzca en un partido así. A Jackson, con sus cables pelados, se le ha visto hacer algo parecido en Moscú o en partidos denivel Euroliga. Pero por algo se empieza. Si se exige continuidad, cualquier partido vale para coger carrerilla. Smith comenzó a destrozar el partido junto a Hendrix, que exhibe una superioridad ofensiva insultante con su gama de recursos para anotar en este nivel de encuentros. Para el minuto 7 ya estaba el duelo desequilibrado (22-6 para el Unicaja). No hubo una falta en cinco minutos de partidos y el equipo de Plaza volaba para anotar canastas fáciles mientras Smith martilleaba desde todos los sectores. Un parcial de 15-0 evidenciaba que no había mucha historia. Ibon Navarro quemaba los tiempos muertos, pero no había manera.

Se contuvo la anotación tras el final del primer cuarto (26-13), pero otra ráfaga de Smith extendía la renta por encima de los 20 puntos y Nedovic extendía hasta 24 al descanso (48-24).

Y el segundo tiempo se convirtió en una carrera para acumular average de cara al corte de la Copa. Debía serlo, porque se llegó al tope de 31 puntos (62-31) y ahí se bajó el pistón. Estaría el Unicaja en La Coruña, pero quedan cuatro finales y visitar Valencia y Madrid. Y mañana empieza el Top 16. Cuando se ve jugar al Unicaja del primer tiempo se piensa que todo es posible. Pero se observa al del segundo y cuesta más creerlo. El Manresa pagó los platos rotos. Pero aún queda cubertería por reponer.

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