Risas en la resaca europea

El entrenamiento estuvo presidido por el buen ambiente tras la victoria en Champions

Joaquín e Isco, realizando carrera contínua.
Joaquín e Isco, realizando carrera contínua.
José M. Rebollo / Málaga

20 de septiembre 2012 - 05:02

Habían transcurrido exactamente 12 horas desde que el árbitro inglés Mark Clattenburg decretó el final del encuentro de Liga de Campeones ante el Zenit hasta que los jugadores del Málaga se volvieron a enfundar su mono de trabajo para realizar el primer entrenamiento de cara a preparar el choque contra el Athletic de Bilbao (domingo, 19:50). Quizás porque Pellegrini no quería que sus jugadores se dejaran llevar por la resaca europea y olvidaran que las competiciones siguen su curso. Aunque ahora toca tener la mente en la Liga, ayer aún se respiraba la satisfacción en el terreno de juego. Si la cara es el espejo del alma, la de todos los jugadores malaguistas aún reflejaba la alegría por el espectacular resultado. Las risas y los comentarios entre compañeros que desembocaron en más risas poblaban todo el entrenamiento. Incluso los que no disputaron ni un minuto se mostraban animados, como el caso de Buonanotte o Seba Fernández.

La estrella de la jornada de Champions, el benalmadense Isco, estuvo entrenando de forma más suave junto a los jugadores que más minutos disputaron en el encuentro de ayer. Varios minutos de carrera continua para realizar posteriormente unos suaves ejercicios de estiramientos. Iturra, Portillo y el resto de la plantilla, con la excepción de Demichelis y Saviola que se entrenaron en el gimnasio y la presencia de los filiales Pol, Fabrice y Jurado, realizaron el ejercicio físico al ritmo habitual. Carreras de obstáculos y rondos en grupos para finalizar con un partidillo de seis contra seis donde se vio la integración de los nuevos fichajes. Santa Cruz, Iturra y Onyewu se entrenaron con el grupo con total normalidad.

El Málaga continuará hoy con su preparación en el estadio de atletismo de cara al próximo choque liguero en San Mamés. Allí se verá si la resaca europea continúa siendo un festival de alegría o se transforma en un molesto dolor de cabeza.

stats