Y San Pablo aplaudió a Babkov
El mítico ex jugador ruso firmó su récord anotador con la camiseta del Unicaja (37 puntos) en un inolvidable recital en la pista sevillana en 1997
Hoy se ve con orgullo y satisfacción que hasta Sevilla se desplacen, procedentes de Málaga, cuatro autobuses para contemplar el derbi andaluz. En la última década pocos desplanzamientos mayores a los, como poco, 300 aficionados que cogerán hoy la autovía ha habido. Lo habitual un tiempo era que en las gradas de San Pablo hubiera no menos de un millar de malagueños. Pasó, por ejemplo, aquel día, una tarde noche de sábado prenavideña de 1997. Eran los estertores de aquel equipo subcampeón de Liga y que se había instalado en la élite del baloncesto patrio. El verano posterior se irían los dos principales emblemas locales de aquel equipo, Nacho Rodríguez (al Barcelona) y Javier Imbroda (justamente al Caja San Fernando).
Se respiraba aire de fin de ciclo, pero aquel Unicaja aún conservaba retazos de equipo grande. Y en sus filas aún jugaba el siberiano Serguei Babkov, debilidad especial de quienes descubrieron el baloncesto en los años 90 en Málaga. A la hora de hacer un ránking de escoltas o aleros que han vestido la camiseta cajista, en el de la elegancia el ruso tiene poco rival.
En su carrera en el Unicaja, que compredió desde 1994 hasta 1999, cinco temporadas completas, Babkov anotó 3.528 puntos en 213 partidos oficiales, con una respetabilísima media de 16.1 tantos por duelo. Sólo Berni (4.742) y Cabezas (3.935) sumaron más que él. Pero nunca anotó más en 40 minutos con la camiseta verde que aquel día en Sevilla. Se marchó hasta 37 puntos, de todas las hechuras. 7/11 en tiros de dos, 4/10 en triples y 11/12 en tiros libres. El entrenador del equipo sevillano, que dos años antes había jugado la final de la ACB y en el anterior había participado en la Euroliga, era Salva Maldonado, hoy técnico del Joventut y cuñado de Joan Plaza. Cambió defensas, pero no pudo detener al ruso, que acabó reverenciado por la afición malagueña en San Pablo y que, deportivamente, fue reconocido con un aplauso de la hinchada sevillana, rendida a su exhibición. No fue una gran temporada para el Unicaja, eliminado en octavos de final de la Copa Korac (ante la Virtus Roma de Sasa Obradovic, ahora entrenador del Alba, y el histórico Walter Magnifico) y en cuartos de la Copa (ante el Barça) y de la Liga ante el Tau, por un claro 3-0, después de haber terminado octavo la temporada regular (20-14).
El de Novosibirsk seguiría la campaña posterior, a las órdenes de Pedro Ramírez, en la que el Unicaja se quedó fuera de los play off. La primera época dorada del baloncesto en Málaga languidecía antes de que llegara la era Maljkovic. Uno de los últimos cantos del cisne lo dio Babkov, en la mayor de sus muchas exhibiciones con el Unicaja. San Pablo se rindió a él.
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