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Schuster, en su salsa

  • El alemán elude públicamente su papel en la confección de un plantel que aprobó en verano. Ayer no charló con los jugadores y repasó vídeos.

Bernd Schuster atrae las miradas con todavía mayor intensidad después de que gran parte de La Rosaleda pidiera su cabeza tras consumarse una nueva decepción ante el Athletic de Bilbao. El técnico del Málaga, no obstante, intentó no variar su rutina de trabajo en el entrenamiento de ayer, celebrado en el estadio de atletismo Ciudad de Málaga. La actitud de Schuster, según pudo saber este periódico, no sentó del todo bien a su plantilla, que esperaba una reacción más enérgica del alemán tras los cánticos de "¡Schuster, vete ya!" que atronaron en La Rosaleda. Una plantilla, para más inri, señalada por su entrenador aun cuando en verano dio aprobación a todos los fichajes.

Hubo calma tensa en el recinto situado en la zona del Carpena. El Málaga tenía previsto saltar al césped a las 11:00 para efectuar una sesión de recuperación. Son habituales estos entrenamientos suaves tras los partidos. Schuster no suele salir al terreno de juego en la sesión posterior al encuentro. Su segundo, Fabio Celestini, dirige en su lugar mientras estudia el vídeo del día anterior en su despacho. No obstante, ayer Schuster decidió pisar el césped del Ciudad de Málaga. La proximidad del duelo en El Villarreal invita a apurar la jornada de trabajo. Schuster dio unas breves indicaciones y se dedicó a contemplar cómo trabajaban sus futbolistas. A pesar de la derrota y el desplome de la segunda mitad, Schuster no charló con sus pupilos. Tampoco lo hizo justo al término del partido ante los vascos ni la jornada posterior a la derrota en Granada.

Esta decisión del máximo responsable del banquillo blanquiazul no gustó a algunos jugadores veteranos del vestuario. Incluso entre ellos mostraron su enfado cuando Schuster enfiló hacia su despacho tras una media hora sobre el césped. Según pudo pulsar este periódico, hay cierto malestar con las maneras de Schuster, que evidencia una desidia palpable, como la que muestra en el banquillo, del que sale en contadas ocasiones durante los encuentros. El plantel echa de menos un mensaje de ánimo o alentador. Tampoco tiene claro qué fútbol busca Schuster. "Lo peor de todo es que no tenemos una línea de juego en los partidos", dijo un abatido Willy Caballero en zona mixta la noche del lunes.

Schuster se afanó en visionar los errores de la noche del lunes. Desde luego, trabajo no le falta. El Málaga volvió a caerse en la segunda mitad. Se desintegró físicamente mientras el alemán no se decidía a mover ficha para detener el empuje del Athletic.

Si hay jugadores que esperan más de Schuster, parece que el entrenador tiene el mismo pensamiento de su plantel. Sólo hay que recordar sus palabras tras el encuentro ante el Athletic. Claro que en verano su opinión era distinta. Schuster desaprueba ahora la planificación deportiva cuando dio su "sí" a la misma.

Nadie resiste una hemeroteca. Los periodistas, todavía menos. Pero Schuster ha venido lanzando mensajes contradictorios con el paso de las jornadas. La tendencia a la baja de su Málaga ha revelado un Schuster poco amigo de la autocrítica personal y sí dado a pasarle la patata caliente a la plantilla que entrena.

"Lo que se ha vivido el año pasado aquí es lo que gusta al aficionado, pero yo no renuncio a eso. Miro hacia adelante, confío en el equipo que tendremos para ir a por todas. Con el pecho por delante, jugando de tú a tú, y luego ya veremos. Esa va a ser la mentalidad. Tenemos que trabajar algo más y confeccionar otra vez una plantilla importante. Lo que vamos a transmitir es que podemos hacer algo más de lo que se espera de nosotros este año", dijo Schuster en su presentación como entrenador del Málaga. Fue el 19 de junio. "Es lo que hay. Todos hemos intentado dar un mensaje desde el primer día de que va a ser un año muy duro. No hemos vendido humo, hemos dicho claro lo que va a haber. Viendo la plantilla se ve claramente dónde estamos. Sabíamos de la dificultad desde el principio. Es lo que hay y aquí vamos a estar", comentó Schuster un rato después de sufrir la derrota ante el Athletic. Entre unas declaraciones y otras hay una diferencia de algo más de cinco meses y 14 jornadas de Liga disputadas. En ese tramo, Schuster ha dado un viraje a su discurso y ha optado por eludir públicamente su responsabilidad en la confección de una plantilla a la que dio luz verde el pasado mercado estival.

Desde el día del Bernabéu Schuster ha venido apuntando reiteradamente plantilla. Tiene crédito en el club, pero desde la noche del lunes algo menos.

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