El estreno del Sevilla en Liga ante el Málaga estará lleno de desazón. El conjunto hispalense cayó eliminado ayer en la fase previa de la Europa League contra el Hannover después de empatar (1-1) y ser incapaz de enjugar el 2-1 de la ida. Un palo anímico para un conjunto que confiaba en la remontada pero que ve cómo, por segundo año consecutivo, se queda eliminado de Europa en las eliminatorias (el año pasado le ocurrió contra el Sporting de Braga en la Liga de Campeones).

Necesitaba un gol el equipo de Marcelino García Toral para cambiar su sino. Pero el tempranero tanto alemán (24'), obra de Abdellaoue en una rápida transición con centro desde la izquierda y lenta salida de Palop, obligaba al menos a hacer dos.

El primero llegó a los 37 minutos, cuando el central Pogatetz despejó de una manera blanda un inocente centro de Perotti y batió a Zieler, quien antes ya había evitado la igualada en un par de ocasiones. Sin embargo, pese a un buen ramillete de ocasiones pese a su juego alocado, no llegó el gol que hubiese forzado la prórroga y hubiese alimentado las esperanzas de clasificación sevillistas.

Disputar la Europa League y buscar las rondas finales era un objetivo marcado en rojo en las oficinas del Sánchez Pizjuán, por lo que el varapalo anímico es tremendo. También fue importante el desarrollo físico impuesto en un partido de ida y vuelta con un generoso esfuerzo por parte de los participantes. Negredo fue víctima de ello y, al poco de la reanudación, tuvo que ser sustituido por unas molestias en un movimiento involuntario. Hasta que hoy sea explorado con más detenimiento no se conocerá el alcance exacto de sus molestias, por lo que, a día de hoy, es seria duda para jugar contra el Málaga pasado mañana. Tampoco está claro el concurso del central Spahic.