Soluade y Díez, contra su pasado

Soluade, en un partido ante el CSKA.
Soluade, en un partido ante el CSKA.
F. N. Málaga

11 de mayo 2016 - 05:02

Hay dos jugadores que hoy vivirán un encuentro especial. Ambos siguieron caminos cruzados, dejando atrás las que fueron sus casas para adentrarse en una nueva experiencia. Uno es Dani Díez, que se hizo hombre deportivamente hablando en Guipúzcoa durante dos temporadas. El otro, un Morayo Soluade que llegó a debutar con el primer equipo del Unicaja, pero que tuvo que buscarse las habichuelas fuera de Málaga una vez se le cerraron las puertas de la plantilla de Joan Plaza.

El alero madrileño vivió una situación similar a la que ahora tiene delante de sí Soluade. Díez, que apenas rascaba bola en el Real Madrid, fue cedido al extinto Lagun Aro, donde rápidamente se convirtió en uno de los más destacados en la pretemporada de la 2012/13. Esa campaña le sirvió al ahora cajista para regresar a la disciplina blanca en la 2013/14, aunque siguió sin contar con los minutos que su edad y su progresión necesitaban.

Por ello, Díez volvió a ser reclutado por la entidad guipuzcoana. Era un curso baloncestístico clave para definir hasta dónde podría llegar el alero. Tan claro lo tenía Díez que en su primer encuentro batió su récord personal de anotación con 18 puntos. Poco a poco el madrileño fue superando marcas y haciéndose capital en el juego del Gipuzkoa Basket. Su enorme evolución le valió para proclamarse como el mejor joven de aquella temporada, lo que llamó la atención del Unicaja y de muchos otros equipos nacionales y europeos.

Soluade, sin embargo, no ha encontrado ni los minutos ni la soltura necesaria para desenvolverse en ACB. El británico de pasaporte se marchó cedido al cuadro de Fisac ante las bajas de los guipuzcoanos, aunque tener por delante a Llompart no le ha permitido lucir como él pensaba. Apenas promedia seis minutos en los siete encuentros que ha disputado. Poco más de un punto por choque es la aportación de Soluade a su equipo, pocas fechas antes de regresar a la disciplina de un Unicaja que veía en esta cesión una buena forma de hacer desfogar a uno de los últimos jóvenes valores de la cantera cajista, que comenzó la temporada a las órdenes de Aurioles en el Clínicas Rincón.

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