Soluciones de invierno

En el fútbol se dice con cierta frecuencia que fichar en enero no sirve para nada, que no arregla las carencias no solventadas en verano, que invertir en el mercado invernal es una pérdida de tiempo y, sobre todo, dinero. Pueden considerarse dogmas sin demasiada base: el del Málaga es un buen ejemplo de que reforzar la plantilla a mitad de Liga puede llegar a ser una gran solución a los males detectados. Un vistazo a los fichajes invernales de los últimos años así lo prueban. Buenos precedentes ya con Pablo Pérez integrado y la entidad rastreando más opciones.

Se han celebrado más éxitos que lamentado fracasos cuando el Málaga ha tenido que incorporar a algún futbolista en invierno, ya sea por urgencias clasificatorias, completar su plantilla, gangas o lesiones. Si se hace un repaso a la era más reciente, desde la temporada 1999 a la actualidad, con el Málaga CF ya establecido en Primera División, son 23 los jugadores que llegaron a Martiricos con la campaña atravesando su ecuador. No todos los años hubo fichajes, aunque se trata de una práctica habitual en el Málaga. Sólo tres veces se decidió no tocar el plantel que arrancó el curso: en la 99/00, 02/03 y 03/04.

Precisamente, un año después de la mencionada 03/04 aterrizó en Málaga uno de los casos más sonados: el de Fernando Baiano. El brasileño, auténtico desconocido en Europa, fue la pieza clave en una salvación que parecía quimera con Gregorio Manzano. Antonio Tapia, su sustituto, tuvo en Baiano su gran referencia. 10 goles en 17 partidos en poco más de cinco meses que duró en el Málaga. Procedente del Sao Caetano, sus derechos pertenecían a un club propiedad del agente Juan Figer, que se lo llevó al Celta pese a los intentos de la entidad blanquiazul por retenerlo.

Años antes que Baiano se presentaron como soluciones de invierno Martín Rivas, del Inter, y Raúl Iznata, del Numancia. Ninguno llegó a dejar huella, aunque Iznata, ahora técnico de juveniles en el club, sí permaneció una buena época en el Málaga. Tampoco queda en el imaginario la estancia de Tote en el Málaga. Criado en el Madrid y procedente del Betis, vino a la par que Baiano. Bajo de forma, la irrupción del brasileño le eclipsó por completo.

De los fichajes efectuados en enero de 2006 sólo Bóvio ofreció un nivel decente. Gabriel prometía pero quedó en nada, al tiempo que Antonio López y Jorge Ribeiro pasaron sin pena ni gloria. Estos refuerzos no evitaron el descenso a Segunda.

Sí fue capital en impedir otro ascenso, pero a Segunda B, Iván Rosado, con un par de goles a Vecindario al año siguiente. Suplente de lujo en aquel Málaga de Juan Ramón Muñiz, fue rescatado del paro apurando el cierre y maquilló el ridículo del club con Mercio y Joao Pereira, anunciados a bombo y platillo para no ser inscrito ninguno.

En las dos campañas siguientes Jon Erice (07/08) y Adriano Ferreira (08/09) vinieron a aumentar las prestaciones de plantillas que lograron sus objetivos: ascenso a Primera y salvación después, merodeando Europa incluso. La salvación también fue mérito de Felipe Caicedo en 2010. A pesar de su carencia de ritmo y sus rarezas, anotó cuatro tantos importantes y dio otro aire al ataque. Para el recuerdo, su taconazo a Duda en el gol de aquel inolvidable 1-1 ante el Madrid.

Con el jeque Al-Thani en la presidencia siempre se ha recurrido al mercado invernal. Nadie olvidará la fiebre por Julio Baptista, que tras un par de meses de dudas sacó su mejor fútbol para alejar del abismo al Málaga de Manuel Pellegrini. Sus siete goles en cinco triunfos seguidos disparó a un Málaga remozado con otros pilares como Demichelis, Camacho y Willy Caballero, contratado de urgencia por la lesión de Asenjo.Kameni, Pedro Morales y Vitorino Antunes, en la actual plantilla, son también legado invernal. Sí fueron decepciones, hay que admitirlo, Diego Lugano y Lucas Piazon.