Tirando de calculadora

La derrota ante el CAI Zaragoza trajo de manifiesto una nueva idea que planea sobre el Martín Carpena. Un miedo al que sumar el mal momento de forma por el que atraviesa el equipo de Jasmin Repesa. Dos derrotas consecutivas que pueden dejar al equipo sin su pase a la Copa del Rey. La tercera vez en cuatro años. Un drama inconcebible en un proyecto que va creciendo poco a poco pero no se puede permitir estar otro año sin ella.

Los resultados de la jornada de ayer beneficiaron al propósito del equipo cajista, no obstante. El Blusens Monbus perdió con el Real Madrid, mientras el Asefa Estudiantes también cayó en la cancha del Mad-Croc Fuenlabrada. Las derrotas de los rivales directos dan oxígeno al Unicaja; aún es viable entrar entre los ocho primeros con nueve victorias en lugar de con las diez habituales. El balance actual del Unicaja es de 6-6, empatando con el propio Blusens, el Estudiantes y el Blancos de Rueda Valladolid. En la primera mitad de la Liga Endesa, lo que decide el desempate es la diferencia general entre puntos anotados y recibidos, un basketaverage que dejaría, a día de hoy, al Unicaja fuera del torneo, en el noveno puesto, con una diferencia de 21 puntos a su favor. Es un tópico, pero el club de Los Guindos necesita más victorias que nadie para asegurar su presencia, pues, en caso de empate, sus posibilidades de viajar a Bilbao menguan de forma notable.

El calendario que le resta al equipo que dirige Repesa antes de que acabe la primera vuelta no es fácil. Ahora jugará dos encuentros en casa; uno ante el CB Canarias, a priori un encuentro en el que lograr la victoria se aventuraría como factible, y otro ante el FC Barcelona, un rival de entidad que tampoco está atravesando por sus mejores momentos en la competición patria pero que demuestra su calidad con mano firme en la Euroliga. En la víspera de Nochevieja, el conjunto viajará a Valencia para enfrentarse al Valencia Basket, otro rival muy complicado y que actualmente ocupa la segunda plaza de la tabla clasificatoria.

El nivel no será demasiado inferior en 2013. El Unicaja deberá visitar las Islas Canarias para enfrentarse al Herbalife, que suele hacer de su cancha un fortín, y acabará en Málaga ante el Cajasol de Aíto. Un proyecto destinado a mayores objetivos pero que, por el momento, naufraga.

Cinco rivales complicados ante los que lograr, como mínimo, tres triunfos. En la clasificación actual, mirando los ocho equipos que están por encima del Unicaja, se ha enfrentado a cinco de ellos y ha perdido ante todos. A los tres restantes tendrán que hacerles frente en el tramo final de la primera vuelta si quieren estar en un torneo de especial emotividad para el aficionado cajista, que rememoraba el pasado sábado con cierta nostalgia el escenario en el que se proclamaron campeones en el año 2005. El equipo no honró en la misma cancha el hito de Garbajosa y compañía, sin embargo el objetivo de la Copa aún está a tiro y el Unicaja busca un triple sobre la bocina que le dé el pase.