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Tornado de color verde (88-75)

  • El Unicaja continúa su exubranete línea de juego y, esta vez sí, consuma una merecida victoria que enciende al Carpena y devora a un Real Madrid que emite síntomas de hartazgo

El Unicaja ha completado en los cinco últimos días tres de los cinco mejores partidos de su último lustro. Ese es el nivel de lo que está haciendo el equipo de Joan Plaza. Hasta ahí, hasta la estratosfera, ha elevado su rendimiento en tres encuentros colosales en los que la única pega es el 1-2 en la eliminatoria. Cómo no imaginar qué sería esto mañana con un 2-1. Pero toca paladear este instante, ciertamente inesperado a pesar de la notable campaña malagueña, con fruición. Ha esperado mucho tiempo el Unicaja, su gente y su afición, un momento como el que ayer vivió en un Carpena incandescente y enloquecido como casi nunca, quizá como desde el día que se tumbó al Madrid, también, y se pasó a semifinales en 2008.

La soba fue más grande de lo que dice el marcador (88-75). Fabuloso Unicaja, con un tercer cuarto de museo. Sólo dos equipos españoles, Barcelona y Valencia, le habían ganado en más de 40 encuentros oficiales esta temporada contra compatriotas. Eso es lo que significa la victoria cajista. No se puede decir que no estuviera avisado el equipo madridista, al contrario. Se las había visto en japonés para ganar en los dos primeros duelos. Así que a pecho descubierto y en la suprema verdad de los play off el Unicaja le metió un tunda que llegó a ser de 24 puntos (85-61) y que se redujo en los cinco minutos finales. Gobernó el Unicaja desde el banquillo, donde Plaza le está dando lecciones a Laso cada día, hasta el final de la rotación, con algunos nombres lacrados, casos de Fran Vázquez, Granger o Caner-Medley. Pongan los que quieran. El equipo de Plaza es ahora un acorazado capaz de medirse a quien sea. Y se lo cree.

Si le faltaba algún ingrediente al partido, en el Carpena se creó el ambiente mágico de las grandes ocasiones. Una presentación estilo NBA, el remate de un himno que ha calado en este último mes tras varios meses de goteo y Rudy enfrente como villano sobre el que centrar iras, con algún bis para el trío arbitral. Y en las coordenadas de los 85 minutos anteriores siguió la eliminatoria. Juego veloz, muchos tiros y acierto y electricidad en la atmósfera. Darden, al que el Unicaja trajo a la ACB y al que Plaza propulsó en Kaunas, empezó muy enchufado y con dos triples, que castigaron las ayudas sobre otros compañeros, y un alley hoop lanzaba a un Madrid (11-17) en el que Llull asumía protagonismo mayor. Enfrente, la tripleta Granger-Toolson-Fran ejercía de sostén ofensivo. Es raro ver concentración de puntos en tan pocos jugadores en el Unicaja, pero ellos asumieron los 22 primeros, sólo acompañados por dos tiros libres de Hettsheimeir sobre la bocina del cuarto (24-25).

En estos niveles de anotación no está acostumbrado a encontrar oposición el Real Madrid, que a veces juguetea con el ritmo y descansa para apretar en momentos puntuales en defensa y romper los partidos. Pero el Unicaja no le permitía ese reposo, rara vez lo ha hecho en toda la eliminatoria. Soberbio Granger, en su línea, y fabuloso Fran Vázquez, el que todos imaginamos cuando con 22 años le cogieron en el puesto 11 del draft tras un temporadón a las órdenes de Scariolo. Se agigantó, aún más, en los dos lados de la pista. Pese a que el Unicaja sí era objeto de una técnica a su banquillo mientras Laso taladra en cada jugada el oído de los colegiados, el Unicaja pegaba y respondía a cada golpe. Aprovechó un cierto colapso del Madrid, en el que se detecta hartazgo, para endosar un parcial de 10-0 con Calloway al comando y Suárez, monumental otra vez en lo que se ve y en lo que no (48-40). Al descanso se conseguían mantener cinco puntos de renta (50-45).

Y ahí, entonces, al filo de las 11 de la noche empezó a caer sobre el Carpena, más concretamente sobre el Real Madrid, la tormenta perfecta. Un tornado de insondables consecuencias sobre un equipo que parece harto de competir, como si le hubiera cogido asco a esta temporada que acabó mentalmente en una coronación continental infructuosa en Milán aunque mañana pueda ganar por 20. El Unicaja le abofeteó. No valieron ni los gestitos de Rudy, ni las incasables protestas de Laso ni el tremendo arsenal que posee el gran equipo blanco. El Unicaja le metió un parcial de 25-10. Pero cómo pasó por encima. Fran ridiculizó a sus pares (con Orenga en el palco), Toolson repartió juego y metió, Granger fue un sputnik y así se podría seguir hasta el final. Soberbio Unicaja, que sobre la bocina del tercer cuarto ganaba por 20 (75-55). Hasta el relevo fue de máxima calidad. Parcial de 14-0, triple de un gran Suárez, triple de Urtasun y canasta de un Hettshemeir. Qué ataque, qué defensa.

El Madrid consumía posesiones, algo infrecuente, ante la telaraña que había tejido el Unicaja. Y la cabeza blanca da muchas vueltas. Marcó la máxima Urtasun con un triple (85-61) y diríase que el Unicaja se guardó algunos puntos para mañana. Puede ser un gran día, un día inolvidable. Como ayer.

Ficha técnica:

88 - Unicaja (24+26+25+13): Granger (12), Toolson (13), Kuzminskas (0) Caner-Medley (14), Vázquez (14)- cinco inicial- Vidal (0), Urtasun (5), Sabonis (0), Suárez (7), Calloway (7), Hettsheimeir (7) y Stimac (7).

75 - Real Madrid (25+20+10+20): Llull (10), Rudy Fernández (7), Darden (11), Mirotic (11), Bourousis (4)- cinco inicial- Carroll (8), Slaughter (9), Reyes (7), Rodríguez (8), Díez (0) y Mejri (0).

Árbitros: Arteaga, Bultó y Perea. Señalon falta técnica al entrenador del Unicaja Joan Plaza, por protestar, en el minuto 12.

Incidencias: Tercer partido de la fase por el título de la Liga Endesa ACB disputado en el Palacio de los Deportes, José María Martín Carpena ante 11.000 espectadores.

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