Valters asume el rol de 'killer'

"Chus me da mucha confianza. Es un entrenador de jugadores", resalta el base letón, que el sábado fue decisivo en los instantes finales del partido, como también ante Zalgiris, Gran Canaria y Lagun Aro

José Manuel Olías / Málaga

28 de noviembre 2011 - 05:02

Catorce puntos y siete asistencias adornaron el sábado la estadística de Kristaps Valters, que cerró con 25 de valoración, la más elevada del choque ante el Caja Laboral. Fue fundamental en asestar la puntilla a los vitorianos en los instantes finales del partido. Una faceta en la que reconoce encontrarse cómodo. "Sí, sólo quiero dar las gracias a Chus. Él me da mucha confianza. Es un entrenador de jugadores. Así que, como él confía en mí, hago las cosas que realmente puedo hacer. Yo siempre estoy cuidando el balón y me gusta jugar los últimos minutos para ganar el partido", confiesa el jugador letón.

Frenta a los de Ivanovic, Valters encontró un equilibrio en su juego, no sólo anotando, sino que también asistiendo. "Eso depende de cómo juegue el rival contra mí. Pude penetrar más y asistir. Podía encontrar más compañeros porque la gente me estaba ayudando mucho en el pick and roll (bloqueo y continuación). Siempre encontraba jugadores abiertos y ellos han anotado hoy. Todo el equipo ha jugado bien y estoy contento por ellos, somos un gran equipo", reflexiona al respecto.

El triunfo ante los vitorianos fue más importante teniendo en cuenta la derrota ante el Panathinaikos en la Euroliga, producida con menos de 48 horas de antelación, y por ser la primera de la temporada ante un rival de los más exigentes: "Ha sido un gran gran victoria porque, después de perder un partido como el del Panathinaikos dos días antes, siempre te vas para abajo. Pero hemos mostrado carácter y hemos ganado a uno de los mejores equipos de Europa".

Una muestra de esa confianza que asegura le da el técnico se ha visto también en otros partidos, como el pasado jueves ante el Panathinaikos en el Carpena, cuando cerró el segundo cuarto con un triple a tabla desde casi el centro del campo. O con el triple a falta de 15 segundos que ponía el duelo imposible a los griegos de no haber sido por Diamantidis y su muñeca, como reconoció el mismo Obradovic al final. "Si el entrenador confía en mí y me deja hacer las cosas que sé hacer, yo ayudo al equipo a ganar", cuenta.

Esta faceta de jugador decisivo ya la han vivido Gran Canaria, Lagún Aro y Zalgiris esta temporada. Mañana viaja con el equipo para rendir visita pasado a los lituanos, donde vivirá en Kaunas "un partido especial". En las gradas estarán su familia y amigos. Encabezados por el mítico Valdis Valters, su padre, quien fuera el cerebro de la selección de la URSS en la década de los 80, campeón del Mundo en 1982, plata en 1986; y con cuatro medallas en Europeos: dos oros (1981, 1985), una plata (1987) y un bronce (1983). "Todo el mundo irá. Muchos de mis amigos, así que será bonito jugar ahí, pero no va a ser un partido fácil", asegura el cajista.

264 kilómetros son los que separan su Riga natal de Kaunas. Allí espera volver a demostrar lo a gusto que se encuentra ejerciendo de killer: "Claro, yo siempre soy como el jugador responsable. Siempre soy responsable de lo que va a suceder en los últimos tres minutos. Soy anotador. Puedo lanzar, pasar la bola o dictar la jugada. Soy responsable en los minutos finales, así que siempre quiero ganar y ayudar al equipo".

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