Verde para creer

El Unicaja recibe al Barcelona 46 horas después de la derrota en el Palau con obligación de victoria para seguir vivo · En los dos partidos en el Palau se demostró que se puede competir de tú a tú

Joel Freeland, Berni y Tripkovic se retiran tras el partido ante el Barcelona del jueves.
Joel Freeland, Berni y Tripkovic se retiran tras el partido ante el Barcelona del jueves.
José Manuel Olías / Málaga / J. M. O. / Málaga

21 de mayo 2011 - 05:02

El Unicaja apela a su color, el verde, el de la esperanza. "Más verdes que nunca", reza el lema de la eliminatoria ante el Barcelona. Verde era el color de la kryptonita que atenazaba a Clark Kent cuando devenía en Supermán, quizá el antídoto nunca encontrado para parar al diabólico Juan Carlos Navarro, el mago del Barcelona que divide a la defensa, crea, decide y marca la diferencia.

Verde era el color del que Lorca hablaba en sus versos y al que Manzanita le puso música. El Unicaja está contra la pared y el equipo catalán viene de frente. No es un partido cualquiera. En un año de escasas alegrías en Málaga, jugar un tercer encuentro a cara de perro en el Palau sería un premio mínimo. Ello equivaldría a una alegría hoy en el Martín Carpena, a ver hincar la rodilla al equipo al que el público malagueño más motiva contemplar su caída, que nunca ha sido total en una eliminatoria de play off en ACB, sí en Euroliga. Su grandeza y su dominio en las dos últimas décadas del baloncesto español, aquellas batallas pasadas, esa final del 95 de la que en estos días se cumplen justamente 16 años. El azulgrana, que hoy será naranja, provoca unión en la afición malagueña. Ganas de ser grande.

Al verde de los celtas también apela el Unicaja en un vídeo confeccionado por el club para animar también a la afición a ir de verde. Impresiona ver en los play offs de la NBA la uniformidad absoluta de los aficionados al llevar una prenda con el color representativo de su equipo. El verde de los Celtics, los descendientes de los irlandeses, de los celtas, en Boston. Una cultura pródiga en mitos, leyendas, hadas y símbolos. En la que el número sagrado es el 3, un número también con mucha carga en el baloncesto. En las puertas de acceso, un grupo de voluntarios estará preparados para que los aficionados puedan lucir en sus rostros los colores del Unicaja, simulando pinturas para la batalla que se vivirá en la cancha.

En fin, se puede adornar de muchas formas la previa de este partido, pero todo acontecerá a partir de las 18:00, con las cámaras de Teledeporte como testigos. Por si acaso, tengan a mano un ordenador con conexión rápida para utilizar el ACB360. Los dos enfrentamientos en cuatro días contra el Barcelona han dejado la enseñanza de que el equipo azulgrana no es inabordable. Es superior, tiene una plantilla profundísima y de calidad, pero no tiene el punto de perfección y lucidez de la campaña pasada. Quizá una referencia injusta, porque no hubo equipo más completo en la historia reciente del baloncesto europeo, sólo el Caja Laboral le encontró el antídoto en la final de la temporada anterior. Esta vez no hay hambre saciada por la eliminación en la Euroliga antes de la Final Four.

En el Unicaja todo está en orden, no hay lesionados ni molestias físicas de consideración. Y sí hay muchas ganas en la plantilla de regalar una alegría a la afición. Y a sí mismos, ha sido una campaña dura para técnicos y plantilla. Aún se está a tiempo de pelear por la gesta. No es sencillo, pero si hay algún equipo capaz de romper esquemas, es el Unicaja. Ya lo ha hecho antes.

El laboratorio técnico del Unicaja funciona desde ayer después de que acabara el partido. Disección de errores y corrección. Muchos campos de mejora. Hay fortalezas, sin duda. Se ha ganado el rebote dos partidos consecutivos a una fabulosa batería interior como la azulgrana, por poner un ejemplo. Pero en el segundo partido pesaron las debilidades.

Más allá del apagón de cinco minutos tras el descanso que sulfuró a los técnicos, hay que encontrar soluciones. Juan Carlos Navarro admitía en la sala mixta del Palau que su equipo había preparado con especial mimo la defensa de Gerald Fitch. "Ahí hemos basado buena parte del triunfo. Hasta cuatro jugadores diferentes le hemos defendido y hemos conseguido que no estuviera cómodo", decía el astro catalán. Habla bien de la calidad de Fitch que un equipo del nivel del Barcelona se esmere tanto en frenarle. Efectivamente, el propio Navarro, Sada, Grimau y Alan Anderson defendieron en algún momento del partido al escolta, que no estuvo fino, más bien negado. Hizo 3/15 en tiros de campo, llegó a firmar 0/10 aunque al final maquilló.

El otro foco de atención azulgrana fue Joel Freeland, jugador capital en la terminación ofensiva. Se le obligó a recibir muy lejos de la canasta. Está trabajando, y mejorando, en el bote. De hecho, la canasta que rompió el parcial de 10-0 de salida tras el descanso del Barcelona fue un espectacular mate tras amagar el triple ante Ndong y marchándose botando hacia su lado derecho. Siempre está la disyuntiva de si no se le encuentra, no se le busca o no se ofrece lo suficiente. Gran parte de los sistemas de Chus Mateo están destinados a acabar en él por su carácter determinante.

El hecho de no disponer de un base que cree y desborde lastra las posibilidades del Unicaja en ataque, en este caso concreto de Freeland por ejemplo. Ya perjudica en defensa por la inferioridad física habitual. McIntyre demostró que no estaba para un partido de tantísima altura. Blakney ha sido un buen parche, pero no da el nivel máximo. Berni también cumple, pero se le necesita en otros menesteres. El Barcelona concede 59 puntos de media en el Palau. El Unicaja llegó a 65, lejos del 83 del último partido de la temporada regular. La circulación de balón es clave para generar tiros cómodos o ventajas que el Unicaja necesita para generar puntos, como cualquier equipo.

La mejoría ofensiva es capital para derribar al Barcelona. Confluyó con el mal día de Fitch otro negado ante el aro de Garbajosa (0/5 en tiros de campo), habitual abrelatas para producir huecos. Es difícil encontrar huecos para Freeland y el acierto del madrileño es importante. A cambio, la aparición de Tripkovic es un buen síntoma, en cierta forma es indefendible. Sinanovic es otro factor que el cuerpo técnico puede explotar con más tiempo. También la defensa, obviamente, es mejorable. Hay alternativas entrenadas y no probadas aún en partido.

La idea que ha calado, de todas formas, es que se puede competir contra el Barcelona. El Unicaja se ha solidificado en el Carpena. No ha perdido un partido de los nueve que ha jugado en ACB con Chus Mateo en el banquillo, ganando por una diferencia media de 21.3 puntos. Pero derrotar al Barcelona implica un alto grado de perfección que necesita de un funcionamiento engrasado de la maquinaria completa. Por ello, el laboratorio del Unicaja echa humo a estas horas.

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