El armario de la Copa

La Copa del Rey. Como ya de costumbre en los últimos años, los equipos de Primera la desempolvan a finales de año, apenas hay tiempo para jugar un par de encuentros hasta el parón navideño. Como las fotos ya casi se han borrado de cuando el CD Málaga alcanzó la frontera de las semifinales (temporada 72/73), siempre que se avecina la competición se sueña en voz alta. Este año, con un elemento diferencial: la parte del cuadro por la que le ha tocado avanzar al conjunto malagueño es la menos complicada. Realmente, exenta de Real Madrid, Barcelona y Atlético, porque la tradición copera de Athletic, Valencia y Sevilla, hipotéticos rivales por el camino, es fuerte. Pero las primeras eliminatorias, en caso de avance, han deparado adversarios accesibles, así que se ha renovado la licencia para soñar. Una de las normas no escritas de la competición, consecuencia de lo comprimido del calendario, es que se abre el turno para que los menos habituales tengan su turno. Y en el armario de Javi Gracia hay mucho fondo y mucho futbolista con ganas de reivindicación.

De hecho, el propio navarro ha declarado en varias ocasiones que tiene una plantilla demasiada amplia para su gusto. Ahora mismo, exceptuando los lesionados de larga duración (Chen y Flavio), son 26 los elementos que tiene en sus entrenamientos, algo a lo que ya se ha habituado pero que sigue considerado inapropiado. Precisamente porque cada semana le obliga a hacer muchos descartes y a tener a varios futbolistas sin la tensión competitiva propia. Mañana será un día especial para muchos de ellos, ya que el choque de ida de los dieciseisavos de final contra el Deportivo supondrá que bastantes entrarán en la convocatoria y unos cuantos directamente en el once de Javi Gracia. Está por ver si será un lavado de cara o una revolución; la convocatoria que hoy facilite el navarro y sus posteriores declaraciones facilitarán una orientación al aficionado. Los nombres sobre la mesa son variados, muchos de ellos esperados.

Al fin se acabó el debate de las palabras y llega el momento para que Memo Ochoa corrobore o tire por tierra todas aquellas declaraciones que emanan de México y que manifiestan su sentimiento de injusticia por que el sudamericano no sea el guardameta titular del Málaga. Si no ocurre nada extraño, Javi Gracia llevará por primera vez la rotación a la portería. Justo cuando el camerunés cuajó su mejor encuentro de la temporada, precisamente contra el equipo más en forma de Europa. Doble reto para el mexicano, que tendrá el encuentro de mañana pero también el de vuelta para hacerse valer y llevar la duda a su entrenador.

Por el momento, sus actuaciones con la selección tricolor le han valido para mantener un aura similar a la que demostró durante el Mundial de Brasil. El único precedente como malaguista data del único amistoso de pretemporada en La Rosaleda, contra la Fiorentina, en el que tuvo un día horrendo. Tiene ganas de jugar el Memo, tiene ganas de verlo en acción el aficionado.

El caso del paleño despierta, a efectos de jugadores de campo, la misma expectación que el de Ochoa. Tras hablarse demasiado de lo que ocurrió en verano y de que la puerta de salida vuelve a estar abierto para el mercado de invierno, jugará contra el Dépor. Además, con mucha chance de ser de la partida. Javi Gracia asegura que le gustan mucho sus condiciones y que está mostrando un buen nivel en los entrenamientos. El canterano, sabedor de que el foco se gira hacia él, tendrá que tirar de temple y motivación para demostrar sobre el campo que cada vez que no entra en una convocatoria del Málaga el técnico se está equivocando. La afición, que le guarda mucho cariño, arde en deseos por que juegue y, sobre todo, por que le salgan bien las cosas.

La del venezolano es una historia más feliz, de jugar como premio, no como rescate. Tanto él como Samu Castillejo son a ojos de Javi Gracia jugadores del primer equipo, pero es al malagueño al que está dando mayor cabida los domingos. Sin embargo, el ex de Osasuna se encarga de repetir cada vez que tiene ocasión que el zurdo es un futbolista de gran calidad y que, cuando entre en el once, ya no habrá forma de sacarlo de él. En apenas minutos dejó huellas de su calidad contra el Real Madrid, merced a una de sus especialidades, el golpeo de falta; obligó a Casillas a lucirse para evitar su estreno anotador en la élite. Tiene muchas papeletas para partir como titular en el doble pivote junto con Camacho. Pese a no ser su posición ideal, empieza a defenderse en ese rol.

Otra historia diferente es la del atacante gaditano, uno de los pocos que puede quejarse de haber empezado la temporada con mucha confianza, siendo titular indiscutible, y que ahora está de capa caída. El entrenador blanquiazul lo sacó del equipo porque veía que había bajado los brazos y le arengó para mejorar la actitud. Gracia entiende que ese salto cualitativo no se ha producido todavía y al jugador cedido por el Liverpool le está costando asimilarlo porque cree que sólo con minutos puede encontrar la continuidad que le ha faltado en el último año y medio. Otro de los que mañana por la noche estará en la primera línea de juego.

Con Amrabat y Juanmi fuera de juego, Santa Cruz es ahora el Soldado Ryan del Málaga. Toca dosificarlo porque es el único y porque tampoco se le pueden pedirle grandes exigencias físicas. Será titular en Riazor, pero en el choque de Liga, lo cual abre el baúl de las oportunidades para Ezequiel Rescaldani, que todavía no las ha tenido. Aunque la puerta del mercado de invierno se abre para él, intentará reivindicarse y mostrarse, algo difícil habida cuenta de la falta de minutos que acumula.

Más nombres cobran fuerza. En defensa, también se esperan novedades. Con Sergio Sánchez lesionado y la necesidad de reservar algunos titulares para el sábado, los Angeleri, Miguel Torres, Casado y Antunes se asoman como posibles recambios para descanso a Rosales, Weligton y Boka, que jugó contra el Real Madrid y asistió a Santa Cruz en el gol. Igualmente, Tissone se ejercitó ayer con el grupo íntegramente y acumula papeletas para al menos entrar en la convocatoria. Pablo Pérez también aguarda una oportunidad, pese a estar más fuera que dentro.