La bala de Valverde
El murciano se impone en Vejer gracias a un ataque táctico en el repecho final Esteban Chaves pierde tres segundos pero mantiene el liderato
Alejandro Valverde recurrió a su punta de velocidad y su clase para adjudicarse el triunfo en la cuarta etapa con final en Vejer de la Frontera, que por su final en repecho estaba marcada para él. Balaverde no falló y mandó un mensaje a los favoritos, que anhelan el maillot rojo que aún reposa en las espaldas del colombiano Esteban Chaves.
La etapa maratón de la Vuelta, de 209 kilómetros, empezó en Estepona y finalizó en Vejer, en cuya cima, a 200 metros de altitud, marcó la cruz Valverde por la mañana en el hotel y concretó su golpe con triunfo, el noveno desde su debut en la Vuelta, a la vez primer aviso en esta edición.
Valverde no conocía de nada la inédita llegada al pueblo gaditano, pero un vistazo a Google Map puede hacer milagros. "Ese sistema es la leche, nos hemos enterado todos de lo que nos esperaba como si estuviéramos allí mismo", dijo el murciano. "Era un final Valverde", admitió el triple vencedor de la Lieja y Flecha Valona, de 35 años, rápido como en sus mejores momentos, como pudieron atestiguar el eslovaco Peter Sagan y Dani Moreno, los primeros que claudicaron tras el murciano en un final con emoción hasta que apareció El Bala.
La estocada tuvo más repercusión en la moral de los rivales que en el reloj, aunque los 10 segundos de bonificación, los tres que picaron en meta a Quintana y Froome y los seis a Aru y Landa "nunca vienen mal". A la refriega final estuvo atento Esteban Chaves, quien un día más subió al podio a vestirse de rojo.
Valverde salió de Vejer con la tranquilidad que siempre dan las victorias, ya como el favorito mejor clasificado, quinto, por detrás del holandés Dumoulin y de Nicolas Roche y Dan Martin. En torno a los 15 segundos persiguen Purito, Quintana y Froome, en espera de la montaña de verdad.
La jornada se decidió en los 4 kilómetros de subida a Vejer. El Tinkoff, que había trabajado para desbaratar la fuga del día y volver a colocar a Sagan en lo más alto del podio, tensó cerca del puerto no puntuable, pero fue el Katusha de Purito quien mostró de lejos sus cartas. Naipes para tratar de ganar la partida. Dos bazas: el catalán y Dani Moreno; y un señuelo, Alberto Losada, quien se de dejó la piel para desbrozar el grupo selecto, marcando un ritmo exigente.
Pero le faltó continuidad a la subida, que ofrecía incluso algún descenso reparador. Lo intentaron Peio Bilbao al principio y Samuel Sánchez al final, pero los citados y el propio Roche no esperaban un muro a 400 metros de la meta que acabó con sus ilusiones.
La etapa se coció metros atrás. Sagan quería abonarse al número uno tras despertar en Málaga y siguió la rueda de Purito y Valverde. Con el lío montado cerca de meta, al murciano se le apareció el polaco Rafal Majka como una imagen divina. El polaco le lanzó en el momento preciso para asestar de inmediato la estocada. "Me vino de perlas su ataque", afirmó Valverde al término de la etapa.
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