Cuando el Betis Baloncesto aún mantiene en su boca el sabor agridulce de la primera visita al Movistar Estudiantes (dulce por el nivel y la competitividad, agrio por la derrota y por el trato del trío arbitral en el tramo decisivo del encuentro), este domingo (12:30) toca un segundo envite clave, primordial para alentar sus opciones de seguir adelante camino del ascenso a la Liga ACB. Una segunda derrota forzaría a los heliopolitanos a ganar tres encuentros seguidos a los madrileños, los dos siguientes en San Pablo y un quinto y último de nuevo en Madrid, una empresa que se antoja hercúlea.

El equipo que adiestra Bruno Savignani debe quedarse con lo bueno que exhibió el pasado viernes, que no fue poco: el carácter del colectivo para despertar a tiempo y sobreponerse a ese horrendo primer cuarto (26-9); la calidad de su juego exterior, con ese trío integrado por Faggiano –el viernes, más discreto–, Polanco y sobre todo Joaquín Rodríguez, cuyo nivel impresionó a los presentes en Magariños; y la intensidad y eficacia que mostró la defensa que ordenó Savignani, sobre todo en los dos últimos cuartos, que bloqueó a jugadores del nivel de Wintering o de Francis Alonso.

Esta vez los jueces encargados de administrar justicia serán otros, afortunadamente para el Betis Baloncesto, que se esperanza en que no vuelvan las polémicas decisiones arbitrales¡ que lo lleven a descarrilar en los últimos minutos, como pasó el viernes con el resbalón de Polanco ante Larsen o la posterior caída de Wintering ante Faggiano, pitadas ambas en contra de los verdiblancos para indignación de toda la expedición heliopolitana.

Entre ellos, en el banquillo, con muletas, estaba el letón Rihards Kuksiks, quien parece que tampoco va a estar disponible para este segundo round. Ganar es traerse para Sevilla a favor el factor cancha. No será fácil. Si el viernes Estudiantes contó con el peso histórico y el calor ambiental de la pequeña cancha de Magariños, esta vez disfrutará de una legión mayor de seguidores en el majestuoso WiZink Center.

A buen seguro que el Betis Baloncesto no va a caminar solo y que los seguidores verdiblancos se dejarán oír, y bien fuerte. Lo primero, tensión defensiva. Lo segundo, aportación coral y que la rotación no decaiga. Joaquín Rodríguez hará el resto.