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El campeón en pepitoria

  • El Maccabi llega al Martín Carpena con el título de la Euroliga pero también sumido en una crisis histórica Granger y Markovic, con muchas opciones de llegar aptos al encuentro

Si le llegan a decir al Unicaja, cuando se sortearon los grupos de la Euroliga, que el campeón de la competición iba a venir al Martín Carpena con serias posibilidades de salir derrotado, habría resultado difícil de creer. Pero esta es la realidad actual. Una de las fracturas más grandes que se recuerdan en el gigante israelí llega a Málaga como un león dormido. Quizás es el momento propicio para domarlo, quizá despierte de un zarpazo contundente.

Lo cierto es que eso es lo que hay en el conjunto macabeo, una necesidad tremenda por contar una sangría de tres derrotas. Si esa racha ya es un tachón significativo en su tarjeta, más aún lo es que las derrotas hayan sido tan sonrojantes. De 20 y 30 puntos en Liga y contra el Cedevita en Europa, uno de los conjuntos llamados a pelear por no quedarse fuera de la clasificación del Top 16. El Unicaja llega también en secuencia derrotista, las dos primeras de la temporada, que le han roto el caparazón de invencibilidad. Ni mucho menos las consecuencias tienen que ver con las del Maccabi. De hecho, es un nuevo punto de partida del equipo malagueño. Sin ese halo y con los focos sin incidir de manera tan directa, ahora toca mostrar una nueva cara para demostrar que el inicio de la competición no fue un brindis al sol. Además, existen atenuantes. Las tres lesiones importantes (Suárez, Markovic y Stefansson) y la fatiga acumulada estos últimos partidos en los que no ha dado tiempo a recuperar bien a los tocados (Fran Vázquez, Vasileiadis, Granger) han causado mella. También la consecuencia de haber tenido que tirar de los Soluade, Karahodzic y Nguirane para encuentros de alto voltaje.

En un principio, hoy habrá buenas noticias desde la enfermería. Los últimos días han sido muy provechosos para el base serbio, que ha dejado atrás esos insoportables dolores que arrastraba en su pie izquierda y en las últimas dos sesiones ha podido trabajar sin molestias. Igual ocurre con Granger, quien alternando sesiones específicas de rehabilitación y trabajo con el grupo, ha evidenciado una notable mejoría. Pero ahí está el criterio de Joan Plaza con sus jugadores tocados; ya se sabe que el catalán es partidario de no contar con aquellos que no están al cien por cien. Sin embargo, no poder contar con ninguno de sus dos bases supondría un quebradero de cabeza con una palpable afectación, ya que el joven Soluade se quedaría como único playmaker nato y habría que recurrir a parches que ante un equipo de la categoría del Maccabi, pese a su mal momento, pueden costar muy caros.

Aunque el técnico quiso ser cauto ayer, al menos podría contarse con uno de los bases disponibles, lo cual atenuaría ese daño bastante. El escenario más positivo que se transmite desde Los Guindos es que ambos podrían ser de la partida. Igual que Carlos Suárez, a pesar del cargamento de precaución que hay con la figura del madrileño después de su recaída muscular, que le ha tenido sin debutar todavía. Está, él mismo lo dijo, para al menos sentarse con sus compañeros en el banquillo; quizá se quitará o no el chándal en función de las exigencias del partido, que en este caso serán altas.

Aunque a priori no debería ser la guerra del Unicaja, el estado de la clasificación convierte el encuentro en una gran oportunidad para presentar las credenciales al segundo puesto del grupo B. El cuadro cajista aventajaría en dos victorias a los israelíes y, lo más importante, pondría prácticamente a tiro la siguiente semana la posibilidad de dejar casi sentenciado el pase al Top 16 y afrontar las jornadas restantes sin esa presión y sí el sueño de seguir creciendo como equipo.

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