Y en su debut, Nsofor se convirtió en Obinna

Hasta el 30 de junio Obinna es jugador del Málaga. No es asunto caprichoso, pues la FIFA da 1.600 dólares por jugador y día a cada club que aporte elementos al Mundial. Pero el clin, clin, caja no era el único interés en verle ayer ante la ópera prima Maradona. Había expectación por seguir al primer malaguista en debutar en Sudáfrica. El nigeriano completó 53 minutos con ramalazos intermitentes por la derecha. Como el resto de sus compatriotas, a excepción del meta Enyeama, fue uno más de los engullidos por la calidad albiceleste.

No fue el futbolista de siempre Victor. El de siempre con la selección, se entiende. Nigeria le bautizó futbolísticamente como Nsofor, uno de sus dos apellidos, el que llevaba luciendo varios años con el verde de su país. Ayer chocó verle portando el otro, Obinna, en su camiseta. Mismo apellido que en el Málaga y también el dorsal 18, ese con el que se le vio galopar en la competición española. Y a correr por la derecha, puesto al que le mandó Muñiz en varias ocasiones la pasada campaña.

Quizá como premonición por esa similitud con su vida blanquiazul, el delantero cuajó uno de esos tantos partidos incompletos que se le vio en La Rosaleda. No terminó el choque, algo habitual en el Málaga, y sólo se le vio en irrupciones sin continuidad, como cuando poco después del gol de Heinze Samuel falló un despejar y propició una contra por la derecha. Su intentó de pase de la muerte lo despejó como pudo el central del Inter de Milán. No se le vio hacer nada más peligroso al nigeriano.

De hecho, Martins, su sustituto en la segunda mitad, lideró la inspiración sin puntería de los de Lagerback. Los últimos 15 minutos del otro nigeriano español, Kalu Uche, completaron el ataque con más pólvora de las Águilas Verdes, pero faltaron tino y fe.

O quizá ese gen competitivo que siempre se le achaca a los africanos en las grandes citas. La falta de protagonismo de los nigerianos en sus clubes resta cohesión y liderazgo a un combinado que encuentra poco nivel en las competiciones africanas y sufre con las subidas de calidad en los mundiales. Lo sabe bien Obinna, que este año ha descubierto la alta competición de España. Al menos, le ha valido para perfilarse titular con Nigeria, algo que hasta ayer tampoco era habitual en él.