El dedo de Mourinho señala al Madrid

Mientras la escena del dedo de Mourinho da la vuelta al planeta, el mundo del fútbol mira hacia los despachos del club y se pregunta: ¿Qué debe hacer ahora el Real Madrid con su díscolo entrenador? Es el momento estelar en Youtube y en las redes sociales: Mourinho metiendo el dedo en el ojo a Tito Vilanova, el ayudante de Guardiola y ahora el segundo entrenador más famoso del mundo por tal incidente.

La insólita escena, nunca vista en el fútbol de élite, encontró la repulsa casi unánime de cuantos se pronunciaron en público sobre el conflicto.

Barcelona arde. "Mourinho ha quedado retratado para la posteridad. Es un indeseable. Un mal deportista. Un incitador de masas. Un cobarde. Un mentiroso. Un farsante. Un miserable", afirmó ayer sin guardarse nada el diario Sport. Y Mundo Deportivo suscribió: "La etapa de Mou sumerge al equipo blanco en una auténtica crisis de valores".

Mientras, Joan Laporta, ex presidente del Barcelona, también se pronunció, diciendo que "le toca al actual presidente del Barça defender el club, a su gente y sus valores".

La situación es tal que mientras el Atlético de Madrid se jugaba la vida en la Liga Europa ante el Vitoria de Guimaraes, se vivió un momento casi surrealista cuando los hinchas rojiblancos gritaron: "¡Mourinho muérete!".

Hasta la prensa deportiva madrileña censuró el comportamiento de Mourinho. "Buscar ahora argumentos en provocaciones reales o imaginarias no va a sacar al Madrid del problema. Sólo le va a sacar del problema cambiar drásticamente de actitud", publicó el diario As. "Un técnico que ha envilecido a la institución", definió El País al portugués.

Y todavía más. La edición digital de The New York Times incluyó en uno de sus blogs un artículo poniendo el ojo en la entidad blanca: "¿Son los celos, las envidias o qué es lo que realmente lleva a Mourinho y sus chicos a comportarse así?".

Dado que no parece probable que Mourinho reciba una sanción de los organismos deportivos españoles, mudos y ciegos porque no se admiten como prueba las imágenes de televisión que retratan unos hechos no contemplados en el acta arbitral, ahora las miradas se dirigen al propio Real Madrid. ¿Qué debe hacer el club blanco? Y más concretamente: ¿Qué deber hacer su presidente?

Se echa el ojo directamente al máximo dirigente del club, que es la única persona por encima del portugués en el organigrama de la entidad tras la última reestructuración, al deshacerse Mourinho de Valdano, ampliando Florentino las funciones del técnico.

Por el momento, todo lo que hay en el Madrid es silencio, silencio y más silencio. Apenas filtraciones sobre las supuestas provocaciones de Messi y Guardiola. Ni una palabra en contra de Mourinho, aunque tampoco ni una a favor. No es desdeñable esto último, sobre todo si se recuerda un suceso ocurrido la pasada temporada, cuando Mourinho se quejó de que el club no le apoyaba lo suficiente. Quizás reclame ahora más apoyo.

La situación no es sencilla para el presidente blanco, que le entregó a Mourinho las llaves del club al firmarle un multimillonario contrato por cuatro temporadas y plenos poderes. Aquello vino para replicar la tendencia de Florentino a despedir entrenadores cada año. Ahora se vuelve en su contra, mientras la imagen del Real Madrid cae por los suelos a nivel nacional e internacional.

Pero Florentino puede sentirse legitimado a apoyar a Mourinho si contempla a su afición, que en cada partido, vive su primer gran clamor de la jornada cuando por megafonía anuncian el nombre de su polémico entrenador, idolatrado en casa, vituperado fuera.