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La delgada línea roja

  • Schuster tiene perdido el favor de la grada, que le señala sin pudor Sólo seguir fuera del descenso mantiene la calma entre los aficionados y el seno del club

Schuster y el Málaga se encuentran en el alambre. Un delgada línea roja de tres puntos, los que logró mantener Willy Caballero en el descuento, separan al conjunto blanquiazul del huracán. El clima empieza a tensarse más de la cuenta después de sumar la cuarta jornada consecutiva sin ganar, a una de la peor racha del curso, y de ofrecer sensaciones preocupantes ante su propia parroquia. Todas las señales y las voces autorizadas, las que pagan y sufren cada domingo con su equipo, apuntan a la misma persona a la hora de buscar culpables, la figura de Bernd Schuster.

Que el banquillo de La Rosaleda iba a quemar de lo lindo tras el adiós de la era Pellegrini era una obviedad innegable. El alemán asumió el reto a lo grande. Cinco años de contrato y control total en la política de fichajes del club. La tarea de rearmar el equipo era ardua, pero no se le evidenció duda alguna en pretemporada. 26 jornadas después, su Málaga apenas suma un punto por partido y continúa marcando la línea de la salvación más por demérito del resto de involucrados que valor suyo. Hasta el momento, los números de Valladolid, Rayo Vallecano y Betis son peores que los del club de Martiricos, un consuelo insuficiente para los miles de aficionados que acudieron el sábado a La Rosaleda en busca de esperanza y se llevaron una buena dosis de pánico a sus casas.

De ahí que el grito de "Schuster vete ya" resonara con más fuerza que nunca en la particular Bombonera malaguista. Los desmanes del propio técnico al oírlos en el banquillo evidenciaron la fractura total entre el alemán y el malaguismo. Recordar que tales cánticos también tuvo que sufrirlos Manuel Pellegrini un año antes de llevar al equipo a la cota más alta de su historia valdría como argumento para romper una lanza en favor de Bernd Schuster.

Aunque las reacciones de uno y otro fueron muy diferentes. Tanto o más que sus formas o sus pizarras. Si el chileno puso el cargo a disposición de la entidad, el alemán se mostró "acostumbrado" a las reacciones en su contra.

De momento, el hecho de mantenerse fuera de los puestos de descenso está dejando en algo anecdótico las críticas al alemán. Si en las próximas jornadas se terminara de cruzar la línea, este particular juego del ahorcado que está viviendo el alemán podría estar contando sus últimas letras. Entre la falta de resultados, las sensaciones y la respuesta del público, la presión puede empezar a pasar a los despachos si el Málaga llega a caer en el abismo de las tres últimas posiciones.

Tirando de estadística, la pasada campaña deja dos claros ejemplos de cómo poder salvarse sumando 26 puntos o menos a estas alturas de campeonato. Granada y Celta consiguieron permanecer en Primera División pese a llegar a la presente jornada con 26 y 23 puntos en su casillero. Un buen tramo final de campaña y el hundimiento de otros equipos inmersos en la pelea permitieron a ambos conjuntos sellar su salvación.

De las 12 jornadas que quedan por delante, el Málaga tiene que enfrentarse aún con seis rivales directos por la permanencia (Osasuna, Celta, Betis, Granada, Elche y Getafe) y otros tantos que se encontrarán luchando por Europa o por el título (Real Madrid, Espanyol, Athletic, Villarreal, Atlético y Levante).

Un horizonte bastante nublado que deberá aclararse durante los tres próximos meses. Eso a la larga, porque Schuster podría terminar jugándose el cargo a lo Cholo, partido a partido. Qué fína es la línea entre el éxito y el fracaso.

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