Un error más en el 3-2: Schmelzer sacó mal de banda

El final del Borussia-Málaga fue un terremoto. Un compendio de errores y de polémica movidos a alta velocidad, imposible retener todos los detalles de diez minutos muy tensos. El día después ofreció la opción del análisis frío, aunque aún con la puñalada clavada en el alma de los malaguistas. El repaso a las decisiones de Craig Thomson vino a confirmar sus equivocaciones, pero también a sumar una nueva. También en el tercer tanto germano: el saque de banda del que parte el tanto de Santana está mal ejecutado por Schmelzer.

Con un cuádruple fuera de juego inicial y el posterior del central, pasó desapercibido. Los resúmenes de televisión ofrecen la oportunidad de cazarlo. Dice la regla 15, relativa a esa suerte, que una de las consignas para el procedimiento consiste en "lanzar el balón desde atrás y por encima de la cabeza". La ejecución que hace el lateral izquierdo del Dortmund no cumple este requisito. En la imagen se puede apreciar que no lleva el esférico hasta atrás, sino que, aprovechando la cercanía de Lewandowski, se coloca el esférico justo por encima de la cabeza y lo deja caer a los pies del polaco. Incluso a punto está de cometer otra infracción, ya que casi levanta el pie izquierdo cuando ejecuta el saque de banda (la norma precisa que basta con tener una parte del mismo en el césped, cuestión que sí cumplía).

La repetición permite corroborar los tremendos errores de apreciación en dos de los últimos tres goles. Eliseu se encuentra en posición adelantada cuando remacha el flojo disparo de Baptista a puerta en la jugada que puso por delante a los blanquiazules a ocho minutos del final, si bien no es tan descarado como el primer fuera de juego inicial en el centro de Lewandowski. El rebote posterior no es un fallo de apreciación, sino un error técnico. Thomson no ve que antes de que Santana remache su posición es antirreglamentaria porque el balón estaba por detrás de Willy Caballero y entre él y la línea de gol tan sólo se encuentra Antunes y no dos jugadores, como dicta la norma.

No se queda ahí la colección de quejas que se trajo el Málaga en su avión de vuelta. Se lamenta profundamente que tanto Schmelzer como Bender se fueran del partido con sólo una tarjeta amarilla. El medio centro vio la primera a los diez minutos, en una clara zancadilla, a Joaquín cuando este lo había burlado. Poco después, corta un contragolpe del mano tocando hasta por dos veces el balón con su brazo derecho. Más flagrante y más indignación provocó en el banquillo el rifirrafe del lateral izquierdo con Jesús Gámez. El fuengiroleño sufrió un manotazo cuando se disponía a sacar de banda. Expertos consultados por este periódico consensuaron que no fue una agresión, sino un menosprecio. En todo caso, merecedor de amarilla. Y habrá sido la segunda. En los lamentos intangibles quedan los empujones y juego brusco durante todo el choque y acentuados en cuanto Eliseu consiguió el 1-2 que les eliminaba.