Las féminas, dispuestas a acabar con los fantasmas del pasado
El equipo español de waterpolo femenino tendrá mañana la posibilidad de resarcirse de la derrota que cosechó ante Hungría en las semifinales del Campeonato de Europa de Belgrado 2006, en el que con un resultado a favor de las balcánicas (11-12), las españolas dijeron adiós a la medalla de bronce.
Ahora, dos años después, las pupilas de Vicenç Tarrès se encontraban con dos victorias y un empate en el Europeo de Málaga y con el arma de doble filo que suponía el partido que ayer enfrentaba a Holanda con Hungría.
Las jugadoras de los Países Bajos han sido las únicas ante las que las españolas no han ganado (empataron a 10), por lo que evitarlas en la final era, a priori, algo positivo. El problema llega cuando el rival alternativo a Holanda es Hungría, a las que no fueron capaces de vencer en la semifinal del Europeo '06 y las que llegan al choque contra las españolas sin ninguna derrota.
Sea como fuere, las de Tarrès se han clasificado como primeras de su grupo por alguna razón. Las españolas afrontan mañana el que podría ser el principio de una nueva era para el waterpolo femenino español, pues empiezan su lucha por una medalla en un Campeonato de Europa. El enfrentamiento ante Hungría podrá servir a las de Tarrès para ahuyentar fantasmas del pasado y acabar con la mala suerte de los combinados españoles de waterpolo femenino en citas continentales.
Para ello, las anfitrionas -que no jugaron ningún partido ni ayer y hoy- se han entrenado estos dos días a las 19:30, hora a la que mañana disputarán su encuentro ante Hungría, para adecuarse al ritmo de competición vespertina, pues hasta el momento sólo habían jugado a las 13:30.
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