Economía

El fútbol español tiembla ante el fin del 'paraíso fiscal'

  • La Liga debatirá este viernes en asamblea el cambio fiscal que obligará a los futbolistas que ganen más de 600.000 euros a tributar un 19% más.

La llamada Liga de las estrellas tiembla ante la idea del Gobierno de aumentar el pago de impuestos de los jugadores extranjeros a partir de 2010, lo que podría poner freno a la llegada de los cracks mundiales al fútbol español.

España es el país con menores costes fiscales para los futbolistas extranjeros, según un estudio elaborado por el gabinete jurídico de la auditoría Ernst & Young. Por ello, el país se convirtió en un destino preferente para jugadores de todo el mundo, a los que los clubes podían pagarles más fácilmente grandes sumas económicas.

El Gobierno pretende que los profesionales desplazados a España temporalmente y que tengan unos ingresos superiores a 600.000 euros anuales tributen el 43% en lugar del 24% actual.

La anterior ley fue aprobada en su día con la intención de atraer a España a la clase científica, pero el modelo se reveló perverso y fueron los deportistas de élite (principalmente los futbolistas) quienes más se beneficiaron de la medida. No en vano ese modelo pasó a ser conocido como la Ley Beckham, en relación al futbolista inglés que militó en el Real Madrid entre 2003 y 2007.

La Liga de Fútbol Profesional (LFP) reaccionó fulminantemente y anunció que sus asociados (los equipos de Primera y Segunda División) combatirán con todas sus fuerzas para impedir la implantación de la norma. Incluso no descarta declarar la huelga en todo el fútbol español, una medida de fuerza que pocos gobiernos pueden resistir.

"No es muy razonable. Sería una medida que en absoluto entendería ninguno de los contribuyentes, ya que el cambio no tiene carácter retroactivo y además, en una situación de crisis económica, es todavía menos entendible esta actitud", opinó Elena Salgado, ministra de Economía y Hacienda. La LFP se reunirá el viernes para debatir el asunto.

La medida no afectaría a contratos firmados hasta este año. Así, jugadores como Cristiano Ronaldo, Kaká, Lionel Messi o Zlatan Ibrahimovic y sus clubes pueden dormir tranquilos con sus millonarios contratos recién firmados, al menos durante los próximos cinco años, tiempo en que sus cotizaciones permanecerán intocables.

Aunque la gran preocupación de los grandes clubes españoles (principalmente Real Madrid y Barcelona) se centra en ver qué pasará a partir de ahora, cuando sus ofertas a los cracks no sean tan extraordinariamente ventajosas como hasta ahora. O en todo caso, más onerosas para las arcas de las entidades.

Hay un ejemplo encima de la mesa. Hace tiempo que se conoce el interés del Real Madrid por el francés Franck Ribéry, del Bayern de Múnich. Según las informaciones publicadas por diferentes medios en septiembre, el club español ya ha llegado a un acuerdo privado con el futbolista para contratarlo para la próxima temporada. La diferencia es que el Real Madrid tendría que pagar ahora un 19% más de lo pactado inicialmente, la diferencia entre el modelo impositivo que establece la Ley Beckham y el que ahora propone el Gobierno español.

Los futbolistas negocian sus salarios en ingresos netos, sin importarles cuáles son las cantidades que deben cotizar al fisco. Esos cálculos corren a cuenta de las entidades deportivas.

Pero no sólo deben estar preocupados los dos clubes más poderosos, sino que equipos como Atlético de Madrid y Valencia, con economías muy endebles por viejos excesos, a partir de ahora contarán con menos dinero para fichar.

Es fácil suponer la alegría de clubes italianos, ingleses o alemanes, que siempre se quejaron de luchar en inferioridad de condiciones contra los equipos españoles en cuestión de fichajes, dadas las ventajas fiscales del modelo español. Pero ahora todo podría cambiar.

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