El gafe histórico de Riazor se fue al limbo. El Málaga se llevó por primera vez los tres puntos de allí. Tuvo mucha suerte el miércoles y anoche también la fortuna le sonrió; pero había que compensar tantos malos ratos en A Coruña. Aunque, visto el choque desde el punto de vista de Toché, todo se concentraría en la portería. Si el pasado miércoles Ochoa hizo hasta cinco paradas de mérito para frustrar el triunfo deportivista, anoche Kameni dio continuidad a la exhibición bajo palos. Detuvo un penalti y su rechazo y ofreció hasta tres intervenciones felinas más para dejar la sensación de que el Deportivo tiene que estar harto de enfrentarse al Málaga. Aún le queda el partido del jueves.

No sólo las paradas de Kameni lucieron. Darder, el protagonista en cuanto a la rúbrica de los tres puntos, sigue emitiendo buenas noticias, pareciéndose al del año pasado. Alarde de calidad en su control y posterior tiro a gol y otra incansable noche de trabajo defensivo, así se escribe su tarjeta. También dio un paso al frente Rosales, que acumulaba varios partidos errático. Angeleri y Weligton fueron de menos a más y Boka acabó el partido en la mediapunta, posición que no extrañó. Faltó calidad, pero los Samus, Duda y Santa Cruz lo suplieron con un gran despliegue. Aunque en esa faceta, una vez más, descolló Camacho.