El génesis de la ilusión del Clínicas
Balonmano · Copa del Rey
Pepa Moreno y Diego Carrasco, capitana y entrenador, buques insignia de un proyecto que no frena. "Tengo admiración por Carmen Morales", dice Pepa.
Hablar del balonmano femenino en Málaga es hacerlo de Diego Carrasco y Pepa Moreno. Ellos son los puntales de un Clínicas Rincón a las puertas de disfrutar de una cita histórica en todos los sentidos. Ni Diego en el banquillo ni Pepa en la pista podían pensar hace dos años, cuando el equipo se ganó el ascenso a la élite, en que los acontecimientos iban a precipitarse con tanta celeridad. Ahora, ambos están "juntos como siempre", como apunta Diego a este periódico, para brindar al club otra página histórica.
"Diego hace una labor técnica enorme, es muy difícil lo que hace, tiene mucho mérito. Lo conozco desde hace muchos años y siempre quiere más. Si este año quería la Copa, el año que viene querrá a Europa y, cuando lo consiga, pensará en llegar a semifinales. Él es así", asegura Pepa sobre su entrenador y amigo. De esa conexión parten los mimbres que hacen de este equipo uno de los más competitivos de la categoría, a pesar de la inferioridad económica. A pesar de ello, Pepa asegura que "somos felices con lo que tenemos y esa es la clave, todas sabemos de la vida de todas y eso hace mucho grupo".
Diego rememora una de las charlas al inicio de la presente temporada, en la que indicó a las jugadoras cuáles eran los objetivos: "Pepa me decía: '¡Anda ya, Diego, la Copa es muy difícil', pero ahora está muy agradecida de lo que hemos logrado y de que tiremos unos de los otros para seguir en el club". Pepa, por su parte, asegura que creyó a pies juntillas en Diego pero "miré a Estefi, con quien tengo muy buena conexión, como diciendo: 'Cuidado Diego, a ver dónde te metes' (risas)". La capitana detalla que el entrenador malagueño "tiene mucha garra y siempre mira hacia arriba, le cuesta mucho poner los pies en el suelo".
Al preparador del Clínicas se le ilumina la mirada pensando en que "dentro de unos años podremos decir que la primera Copa de la Reina dónde estuvo el nombre de Málaga, estuvimos nosotros". Será un fin de semana plagado de emociones, como las que Pepa recuerda de sus más de dos décadas enrolada al club de su vida. "Le digo a las jóvenes que valoren lo que tienen. Nosotras tuvimos épocas en las que no teníamos ni balones y tirábamos para adelante como se podía. Nos hacíamos un bocadillo para los viajes y éramos las más felices", recuerda.
En esta gran evolución del club, la jugadora malagueña señala a otro vértice vital. Pepa se enorgullece al hablar de una Carmen Morales "por la que siento admiración". En los últimos tres años "he estado con ella en muchos momentos de bajón". Al fin y al cabo "ella no juega, no disfruta de estos momentos. Siempre hace la labor oscura de los despachos pero siempre con la mayor de las ilusiones". Pepa es consciente de que "habrá gente que no me comprenda, pero si conocieran el trabajo que hay a cambio de nada, estoy segura de que cambiarían de opinión".
Con la promesa de la pivote "de correr como locas en busca de una fuente si llegamos a la final", ella y el resto de integrantes de la plantilla buscan todavía más después "de hacer historia a nivel particular y como club", como argumenta Diego. De su buen hacer se gestaron unos mimbres que no para de dar réditos.
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