Un grupo de vacaciones antes de tiempo

Da la sensación de que la mente de los malaguistas ya se ha ido de vacaciones. Sólo así se explican desconexiones tan importantes como las vistas contra Getafe y Elche. La grada volvió a pitar el rendimiento de sus jugadores, alguno más lamentable que otro, pero en general muy gris.

Caballero y Camacho pueden considerarse las excepciones. El meta argentino tuvo un par de intervenciones, una de ellas doble, que primero permitieron retrasar el 0-1 y luego impedir el segundo gol visitante. Especialmente meritoria resultó su segunda intervención, una larga estirada a un cabezazo cruzado de Carlos Sánchez. En cuanto al maño, antes de marcharse tocado demostró que pocos pueden llegar a su pundonor y capacidad de entrega en el campo. Además, como ya pasó contra el Granada, volvió a dejar buenos pases filtrados a la defensa visitante.

En el capítulo de peores rendimientos destacan los de Iakovenko y Pablo Pérez. El ucraniano estuvo perdido, individualista, inconstante. Volverá a la Fiorentina sin haber demostrado por qué el Málaga se fijó en él. En cuanto al argentino, Schuster tiró de él como revulsivo al descanso, si bien apenas entró en contacto con él y volvió a ser más protagonista por las duras entradas que hizo. Santa Cruz tuvo el tanto del empate y sólo con Juanmi pareció levemente cambiar el escenario.