La hora del coyote verde
Supercopa· previa
El tercer proyecto de Plaza debuta en un Martín Carpena a rebosar y ante un Real Madrid que viene de ganarlo todo. La ilusión se desborda ante la posibilidad de volver a estar en una final.
Se acabaron las medias tintas y el hablar. Ha llegado la hora de que la cancha y el balón tomen protagonismo. La fiesta de la Supercopa vuelve a Málaga años después para devolver al Unicaja a un torneo que ya estuvo a punto de ganar la última vez que este piso el Martín Carpena. Hoy (21:30), sabedores de quien espera en la final, si Barcelona o Gran Canaria, los malagueños se batirán el cobre con un Real Madrid que viene de levantar la primera copa Intercontinental, alargando así una temporada de matrícula, donde han ganado todas las competiciones en las que se han inmiscuido. Algunos de los que vestirán esta noche la casaca blanca, cerraron el círculo con el Eurobasket, consiguiendo un repóquer de títulos que pasará a la historia.
Todo ese contexto hace que la piedra que separa al Unicaja de la final sea tan atractiva como difícil de embaucar. Las interferencias internacionales de un verano que, no hay que olvidar, también han hecho mella en la preparación cajista, han dejado a los de Laso en cuadro hasta hace unos días.
En ese sentido, ambos equipos llegan a este primer envite oficial en circunstancias similares. Poco o nada tendrá que ver, por tanto, el partido de hoy con el que disputaron hace unas semanas en el torneo Costa del Sol, con victoria final de los cajistas por la mínima. Los canteranos de aquellos días han ido dejando paso a los cabezas de cartel que hoy, ya sí, tienen que empezar a tirar de sus respectivos carros y demostrar porque visten ambas camisetas.
Plaza quiso comparar ayer la historia del encuentro con la eterna persecución del Coyote al Correcaminos. "Ya va siendo hora de cogerlo, ¿no?", espetó entre bromas el entrenador catalán. Sin duda, la aventura del Unicaja desde que el técnico asumió los mandos hace ya tres temporadas, ha sido esa. Se han ido recortando distancias, pero a la hora del bocado final siempre se escapaban los grandes. Pasó el primer año con el Real Madrid, tras aquella prórroga del Carpena, y el curso pasado ante el Barcelona, en Copa y en el agónico quinto partido del Palau. Reyes, Rudy, Navarro... sólo tipos de una galaxia cercana a la de Gasol (nunca la misma), han hecho claudicar a este Unicaja empeñado en hacer algo grande. Y en esta casa, algo grande significa levantar un título o pisar una Final Four. No hay más. Fue bonito recuperar la senda perdida y encontrar el norte de un club que llegó a quedar a la deriva después de varios años rocambolescos. Ahora, con las aguas en su cauce, el reto es evidente. Ha llegado la hora de dar el salto y tocar plata de la buena.
Así lo palpa el vestuario, así lo hace entender Plaza y así han captado el mensaje los nuevos. Los Nedovic, Díez, Hendrix, Smith o Jackson. Los elegidos para poner la guinda a dos años de recuperación. Más de imagen que económica. Pero recuperación al final y al cabo. En sus manos está el sueño de los más de 8.000 aficionados malagueños que abarrotarán el Martín Carpena para convertir el pabellón en ese particular infierno donde el verde todo lo puede.
Volverá a retumbar el himno a capella, la presentación recordará a la NBA y el espíritu de toda Málaga se apoderará de un equipo que bajo el abrigo de su gente se siente capaz de todo. Apenas juntan una semana de convivencia y 15 entrenamientos, pero la conexión se ha palpado en los días previos a esta Supercopa que no tendrá el aura de la Copa del Rey, pero va ganando adeptos edición tras edición.
Kuzminskas y Smith siguen renqueantes tras la Copa de Andalucía, pero apurarán y lo normal sería verles de corto en el estreno oficial de la temporada. Por contra, Laso no podrá contar con Taylor, al que una lesión muscular ha dejado fuera de combate. Queda la duda de Rudy, con el que el Carpena mantiene una relación especial. Su presencia puede ser un factor decisivo en ambos bandos.
Ha llegado la hora del coyote verde. Si sobrevive a la batalla de hoy, mañana aguarda un título a sólo 40 minutos. Este Unicaja tiene hambre y el Real Madrid, viene saciado tras devorar una temporada entera. Al fin, balón al aire.
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