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"Somos iguales, pero diferentes"

  • La judoca paralímpica Carmen Herrera opina que la mujer debe "luchar por conseguir su vocación siempre"

La judoca malagueña Carmen Herrera se encuentra en la actualidad tomándose unas semanas de descanso y es que conseguir una medalla de oro en unos Juegos Paralímpicos resulta una labor más que complicada. Cuando la deportista de Alhaurín de la Torre regresó de Pekín, intentó seguir manteniendo el estado de forma que tuvo en la ciudad china, algo casi imposible: "Mi forma física estaba allí al 100% y eso es casi imposible de mantener durante más tiempo, yo lo intenté y acabé con unas pequeñas lesiones, como una sobrecarga en el hombro".

El primer objetivo de Herrera para esta temporada no es otro que participar en el Campeonato de España senior y acabar en una buena posición, algo que ya logró en temporadas anteriores. "En el año 2006 acabé séptima, por lo que mi intención es estar entre las primeras, ser sexta estaría muy bien. De todas maneras, por mi forma de pensar nunca quiero ponerme metas, yo aspiro a todo y voy llegando a lo que pueda, por eso no quiero acotar mi actuación en el Nacional antes de tiempo", sentenció la judoca, quien reconoce que las rivales a batir serán muy fuertes: "Hay muchas judocas muy buenas a nivel nacional y otras que están en segunda línea que son todavía sub 23, acaban de terminar los Juegos y hay mucha hambre de medallas, por eso sé que conseguirlas será más complicado, porque tengo, además, el hándicap de la visión".

Participar en el Nacional senior resulta complicado para una persona con discapacidad visual, aunque esta malagueña pone toda la carne en el asador y lucha en cada competición por llegar a lo más alto: "Intento competir con todo lo que tengo de vista y con todo lo que tengo de experiencia, con las dos cosas intento llegar lo más lejos posible".

"Ya en el mes de enero, la Federación Española comenzará a requerirme para que participe en competiciones internacionales y nacionales. Será entonces cuando comience mi temporada de judo de ciegos y, para ese momento, ya llevaré tres meses de preparación y tendré un gran estado de forma, lo normal es que los rivales que yo me encuentre en el Nacional para discapacitados hayan empezado a trabajar unos dos o tres meses después de lo que yo lo hice", explica la malagueña.

Acerca de la discriminación, Herrera reconoce que el judo es un deporte especialmente destinado a los hombres, pero asegura que las mujeres deben luchar por tener su espacio en el mundo del deporte. "A mi modo de ver las cosas hay varios tipos de mujeres en función de cómo responden a la discriminación. Hay unas que ante la superioridad que el hombre intenta imponer se rinden y piensan que nunca podrán hacerlo como ellos. Otras hacen una discriminación positiva y se esfuerzan demasiado por hacer cosas que ni siquiera son normales. Yo creo que lo que hay que hacer es asumir que somos iguales, pero diferentes, que cada uno tiene unos límites y puede llegar a unos topes determinados, pero todos tenemos que luchar por nuestras vocaciones", afirma la judoca.

"Cuando uno llega a algo por lo que ha luchado se satisface como persona, ahí está la clave, en hacer lo que cada uno quiere y lo que le dicta su conciencia", concluye.

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