Desde el 12 de mayo, Saviola no disputaba minutos oficiales. Ayer, el delantero argentino volvió a sentirse jugador en el césped de La Romareda, que presentó en la tarde de ayer un aspecto impropio para la alta competición con más arena que césped. Un terreno en el que si alguien sabe moverse con inteligencia es Saviola. El Conejo salió de su madriguera y debutó con el Málaga, disputando todo el segundo tiempo del encuentro.

El argentino fue el único debutante de los tres nuevos miembros de la plantilla que viajaron. Santa Cruz e Iturra lo vieron desde el graderío. Lució el dorsal 9 a la espalda, recogiendo el testigo de otro ilustre veterano de las áreas: Ruud Van Nistelrooy. El número mágico de los goleadores para un equipo que adolece de tantos. Saviola no logró marcar, pero si aportó la experiencia en el puesto que aún no tiene el joven Fabrice. En sus primeros minutos en el campo no intervino demasiado en el juego. Con el Málaga ya por delante en el marcador, los blanquiazules buscaron menos la portería rival.

La primera ocasión fue la más clara. En el minuto 68, un rechazo del portero del Zaragoza a un disparo de Eliseu lo iba a recoger Saviola. El argentino intentó regatear al meta, pero perdió el equilibrio a la hora de ejecutar el remate y el balón se fue al lateral izquierdo de la red.

En los minutos finales del partido, los espacios se iban haciendo más evidentes y él apareció para aprovechar la situación. En el primer contraataque, el árbitro indicó que estaba en fuera de juego. El segundo acabó en un disparo raso y lejano que Roberto atajó. Debido a la altura del jugador, 169 centímetros, no pudo llevarse demasiados balones por alto, aunque funcionó como único punta, reteniendo e iniciando jugadas de ataque con la inteligencia que le caracteriza. Buscando la mejor opción de pase, moviéndose en el área o provocando faltas cuando hay que conservar la ventaja. Saviola cerró el partido con una tarjeta amarilla en el tiempo de prolongación, por adelantarse en la barrera.

Terminan así unas jornadas muy intensas para el punta, que en tres días ha pasado de despedirse de sus compañeros del Benfica a ser presentado en La Rosaleda y a debutar con el Málaga. Tres días en los que el Conejo ha dejado su particular madriguera para volver a donde mejor se mueve, en el área.